Incluso mientras lucha por lograr un segundo mandato en noviembre, el presidente Donald Trump ya tiene el ojo puesto en extender su estadía en la Casa Blanca por mucho más tiempo.
«Vamos a ganar cuatro años más», dijo Trump en un mitin en Oshkosh, Wisconsin, el lunes. «Y después de eso, iremos por otros cuatro años porque espiaron mi campaña. Deberíamos tener una repetición de cuatro años», agregó.
Lo que Trump considera «espionaje» fue en realidad una investigación de contrainteligencia del FBI sobre los esfuerzos de Rusia por inmiscuirse en las elecciones de 2016. El martes por la mañana, la Comisión de Inteligencia del Senado publicó el volumen final de su investigación bipartidista sobre las actividades de Rusia en 2016. Concluyó, entre otras cosas, que:
* Rusia interfirió en las elecciones con el objetivo expreso de ayudar a Trump y dañar a Hillary Clinton.
* El director de la campaña, Paul Manafort, fue considerado como una «grave amenaza de contrainteligencia» cuya «presencia en la Campaña y su proximidad a Trump crearon oportunidades para que los servicios de inteligencia rusos ejercieran influencia sobre la Campaña Trump y adquirieran información confidencial sobre ella».
* La campaña encargó a Roger Stone que buscara todo lo que pudiera sobre la información que tenía WikiLeaks sobre Clinton y los demócratas en general, y «Trump y la Campaña creían que Stone tenía información privilegiada y expresaron satisfacción de que la información de Stone sugería que se realizarían más publicaciones».
* Dos rusos (más) que participaron en la reunión de junio de 2016 en la Torre Trump con los altos cargos de la campaña del presidente tenían «conexiones significativas con el Gobierno ruso, incluidos los servicios de inteligencia rusos».
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