El veterano dirigente liberal, Víctor Cubas, consideró como exagerado el dinero que está pidiendo el Consejo Nacional Electoral (CNE) para comprar las tablets de las elecciones generales del 28 de noviembre.
El Congreso Nacional no ha podido aprobar los 856 millones de lempiras y el decreto de contratación directa que solicitó el Consejo Nacional Electoral (CNE), así como el préstamo de 9.4 millones de dólares al Registro Nacional de las Personas (RNP) porque la bancada de Libertad y Refundación (Libre) se ha opuesto argumentando que con esas iniciativas se pretenden impulsar reformas electorales por decreto.
El CNE invertirá gran parte de esos fondos en la compra de unas 20 mil tablets por un costo unitario de 500 dólares, cuando en realidad se pueden adquirir por 85 dólares, según Salvador Nasralla, presidenciable del Partido Salvador de Honduras (PSH).
Problema
En ese sentido, Cubas dijo que “para mí el problema inició en el CNE, porque los magistrados desde un inicio hubieran solicitado el presupuesto completo para las elecciones”.
“Si ellos tenían la intención de comprar esas tablets, las hubieran incluido en la partida”, sugirió luego de recordar que “les aprobaron 1,700 millones de lempiras en diciembre anterior y ahora están pidiendo 800 millones de lempiras más”.
“Yo creo que se pidió una cifra demasiado exagerada por esas tablets, cuando en la mayoría de los sitios rurales no hay señal de Internet”, comentó.
“Lo correcto era comprar unas 18 tablets (una por cada departamento del país) y de ahí enviar los resultados a las oficinas centrales del CNE”, según Cubas.
“Gastar esa gran millonada en tablets no tiene sentido, porque en la mayoría de los centros de votación no hay señal, de manera que considero exagerado el dinero que están pidiendo por ese equipo cuando hay otras necesidades”, recalcó.
El dirigente dijo que “hay muchos diputados que están convencidos de eso, incluso en mi partido, varios parlamentarios también están conscientes que esa solicitud es exagerada”.
Confió que “elecciones transparentes se pueden celebrar dependiendo del comportamiento de las personas ya que son los que se involucran en los procesos los que hacen los fraudes”.
“Los miembros de las mesas son los que alteran las actas y son los que llenan los votos cuando el pueblo los deja vacíos. Lo recomendable era un reglamento para ofrecer cárcel a todo aquel que meta las uñas en las urnas”, concluyó.
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