Los glioblastomas son unos tumores cerebrales implacables, difíciles de tratar y, a menudo, letales, pero los científicos de la Universidad de Yale han encontrado a un aliado sorprendente en los esfuerzos para tratar esta forma de cáncer: elementos del virus del ébola, según publican en el Journal of Virology.
«La ironía es que uno de los virus más mortales del mundo puede ser útil para tratar uno de los cánceres cerebrales más mortales», destaca Anthony van den Pol, profesor de neurocirugía de Yale y autor del estudio.
El enfoque aprovecha una debilidad en la mayoría de los tumores cancerosos y también una defensa contra el ébola contra la respuesta del sistema inmunitario a los patógenos.
A diferencia de las células normales, un gran porcentaje de células cancerosas carece de la capacidad de generar una respuesta inmune innata contra los invasores, como los virus. Esto ha llevado a los investigadores del cáncer a explorar el uso de virus para combatir algunos cánceres.
El uso de virus conlleva un riesgo obvio: pueden introducir infecciones potencialmente peligrosas. Para solucionar este problema, los científicos, incluido Van den Pol, han experimentado creando o probando virus quiméricos, o una combinación de genes de múltiples virus, que tienen la capacidad de atacar las células cancerosas sin dañar a los pacientes.
Uno de los siete genes del virus ébola que lo ayuda a evitar una respuesta del sistema inmune también contribuye a su letalidad. Esto intrigó a van den Pol de modo que, con su colega de Yale Xue Zhang, usaron un virus quimérico que contiene uno de los genes del virus ébola: una glicoproteína con un dominio de línea de mucina (MLD).
En el virus del ébola de tipo salvaje, la MLD juega un papel en ocultar el ébola del sistema inmune. Inyectaron este virus quimérico en los cerebros de ratones con glioblastoma, y descubrieron que la MLD ayudaba selectivamente a atacar y matar tumores cerebrales mortales de glioblastoma. El equipo trabajó con la glicoproteína MLD, no con el virus del ébola completo.
Van den Pol explica que el efecto beneficioso de MLD parece ser que protege a las células normales de la infección, pero no a las células cancerosas, que carecen de la capacidad de generar una respuesta inmune a los patógenos.
Un factor clave puede ser que el virus con la glicoproteína MLD se replica con menos rapidez, lo que lo hace más seguro que los virus sin la parte MLD de la glicoproteína, apunta. En teoría, dicho virus podría usarse junto con la cirugía para eliminar los tumores de glioblastoma y ayudar a prevenir la recurrencia del cáncer, aventura.
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