Familias que perdieron todo por las inundaciones provocadas por las tormentas Eta y Iota dicen que tienen lo más preciado, la vida, y que no pierden la fe para superar esta tragedia, y además reconocen que el Gobierno no los ha dejado solos, como prometió el presidente Juan Orlando Hernández.
Lilian Bautista, quien es madre soltera de dos pequeños, de 6 y 3 años, en medio del llanto inconsolable mientras sostiene un brazo en la que era su vivienda, dice: “Perdí mi casa, el anhelo de mis hijos”.
“Mis hijos me preguntan cuándo regresamos a mi casa y yo les digo que Dios nos va a regalar algo mejor y que voy a seguir luchando”, agrega.
“Pero no es fácil; la construí con préstamos y la poca ayuda de mi hermana”, dice mientras se limpia las lágrimas.
Sin embargo, agradece que el Gobierno desde el primer momento de la tragedia estuvo presente.
“Cuando salimos de aquí nos fuimos al albergue y el alcalde nos apoyó; la comida caliente estaba servida en la mañana, en el mediodía y en la noche, y ahí estaban las ayudas”, expresa Lilian.
“El alcalde lloraba con nosotros y nos dijo: ‘no están solos y yo los voy a apoyar. Yo sé, Dios y mi presidente nos van a apoyar”, recuerda la damnificada.
Ella asegura que no ha perdido la fe “y de esta vamos a salir”, expresa. “Sí se va a poder, si confiamos en Dios vamos a salir de esta, y si Dios no nos quería tener aquí algo nuevo nos va a dar”.
Juntar fuerzas
En la misma cuadra está don Anastasio Lara, más conocido como don Nacho, quien camina en medio del lodo que le cubre casi hasta la rodilla enfrente de su casa, por lo que a veces tiene que caminar sobre láminas de zinc que ha puesto como puentes.
Él se dedicaba a la albañilería y dice: “Mire, ahí está mi camita y la carreta de mi trabajo”.
“Esto da compasión, da tristeza”, asegura don Nacho, y cuenta que “nunca, nunca, imaginé una tragedia como esta”.
“Fue muy duro esto”, dice el señor Lara, padre de cinco hijos.
“Hemos tenido apoyo, gracias a Dios nos mandaron las máquinas y comidita, pero Dios nos dio; Dios nos quitó y Dios nos va a volver a dar”, añade.
Don Nacho le dice al resto de damnificados: “juntemos fuerzas porque nada hacemos con ponernos a llorar; más bien nos vamos a enfermar, hay que unirnos”.
Lo dice mientras se prepara psicológicamente para ver cuando la maquinaria saque los desechos de lo que un día fueron sus enseres.
Energía para continuar
El alcalde municipal de Pimienta, Raúl Ugarte, supervisa las acciones de limpieza y dice que ya se vivieron los peores momentos, pero “ahora tenemos que tener toda la energía del mundo para continuar”.
“No estoy solo; estoy con un programa que me están apoyando, mi Gobierno, el Gobierno de Juan Orlando”.
Ugarte añade que “nos sentimos con energía, apoyados y unidos” para salir adelante.
Reitera que “únicamente unidos y con solidaridad podemos salir, pero no hubiese sido nada posible sin la Operación No Están Solos y sin la operación Fuerza Honduras II; nos ha fortalecido mucho a los ediles”.
El alcalde afirma que Fuerza Honduras es una realidad: “Están sus transferencias condicionales en sus arcas municipales; tenemos el alcalde liberal de Villanueva fortalecido, toda la maquinaria que está recogiendo la basura es del Gobierno. El alcalde de San Manuel y el alcalde de La Lima, también están fortalecidos y agradecidos”.
COMENTARIOS