San José – Científicos de Costa Rica realizaron este miércoles la prueba en un cerdo de un prototipo de ventilador mecánico portátil que hasta el momento ha dado resultados positivos y que luego de una serie de validaciones y protocolos podría ser usado en pacientes con coronavirus.
La pandemia ha obligado a los países a buscar una diversidad de dispositivos médicos para atender a los afectados con el virus. Frente a esta competencia y la lucha por la oferta y demanda, Costa Rica trabaja en crear sus propios ventiladores mecánicos.
“A partir de todo el canibalismo a nivel mundial por este tipo de dispositivos, para Costa Rica es realmente satisfactorio saber que el país tiene la capacidad humana y técnica para construir este tipo de instrumento y garantizar la seguridad sanitaria en ese sentido (…) Hasta el momento todos los resultados tanto en simuladores, como en animales vivos, han sido positivos y se han comportado satisfactoriamente”, afirmó a Efe uno de los impulsores de esta iniciativa, el físico Ralph García.
El proyecto, llamado “Respira UCR”, está a cargo de un equipo de especialistas de la estatal Universidad de Costa Rica (UCR) , así como de expertos de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), quienes validan cada detalle, además con el apoyo de médicos veterinarios de la clínica Intensivet.
El ventilador mecánico portátil cuenta con sensores de flujo, alarmas de presión, detecta automáticamente la que frecuencia respiratoria, admite regular el volumen de aire y el ciclo respiratorio, inclusive permite que se le adapten las válvulas, con el objetivo de cumplir con los requerimientos que exige un dispositivo como este.
Las autoridades han ejecutado pruebas preclínicas con modelos robóticos en el Centro de Simulación en Salud, validaciones in vitro y ahora pruebas en animales vivos como el cerdo para comprobar que el volumen de aire suministrado por medio del ventilador sea el correcto.
Durante las próximas 72 horas el cerdo será monitoreado para evaluar la capacidad de resistencia del respirador y posteriormente se procederá a realizar una prueba en humanos.
“Se ha logrado un prototipo, las pruebas inicialmente son in vitro para ver cómo reacciona el ventilador mecánico. Ahora estamos con pruebas en modelos biológicos en vivo y después tenemos que ir acomodando algunos protocolos de validación para que el aparato, una vez haya cumplido el protocolo, podamos decir es seguro para usarlo en humanos”, explicó el médico intensivista Jorge Espitaleta, coordinador del Centro de Atención para pacientes con COVID-19.
Espitaleta añadió que “en caso de una emergencia masiva, como ha sucedido en otras partes del mundo”, es urgente para los médicos poder contar con mecanismos para conectar un paciente a ventilación mecánica.
“Estos esfuerzos son muy importantes porque tenemos un número finito y limitado de ventiladores (…) tenemos que estar preparados”, apuntó.
En esta fase, el ensayo fue realizado con cerdos, ya que estos animales poseen una capacidad pulmonar similar a la de los humanos, y la información obtenida servirá para estudiar la posible aplicación del dispositivo en pacientes con el COVID-19.
“El cerdo nos permite, por su similitud con el sistema respiratorio, transpolar esta información a pacientes humanos. El cerdo no sufre de afectación física puesto que está anestesiado. Estamos monitoreando los parámetros de presión sanguínea, la oxigenación y dióxido de carbono para que ver que el paciente está en parámetros fisiológicos normales, no estamos haciendo ningún procedimiento quirúrgico ni causando dolor”, dijo el médico veterinario Andrés Rodríguez.
La Cámara Costarricense de Porcicultores colaboró con la donación de los dos cerdos, de aproximadamente 80 kilos de peso, que fueron traídos a la capital desde la frontera norte del país para apoyar los procesos de investigación e innovación.
Los especialistas además trabajan en la validación en cuanto a la capacidad del ventilador de responder cuando hay resistencia al paso del aire. Esto se realiza para simular a un paciente con fibrosis pulmonar.
Hasta el momento Costa Rica ha podido controlar la curva frente a un aumento exponencial de los casos positivos de COVID-19. El país contabiliza 761 casos y seis fallecidos tras dos meses de diagnosticado el primer caso en el país.
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