El confinamiento ha comenzado a crujir en Estados Unidos. Aun cuando la pandemia continúa sembrando muerte y el país tiene más de 814.000 personas infectadas del nuevo coronavirus , varios estados empezaron a relajar las órdenes de confinamiento y a levantar restricciones para los negocios , apremiados por el derrumbe de la economía, y temerosos de que las primeras protestas de la gente se conviertan en una ola de furia.
Carolina del Sur, Georgia, Tennessee y Florida fueron los primeros estados en anunciar las primeras flexibilizaciones para la gente, una movida que generó enorme preocupación: expertos en salud advierten desde hace semanas que una reapertura agresiva y apresurada generará un rebrote de la enfermedad , justo cuando Estados Unidos apenas a comenzado a controlar la pandemia .
Uno de los más agresivos fue el gobernador de Georgia, el republicano Brian Kemp, quien anunció que esta semana permitirá la apertura de gimnasios, peluquerías, salones de belleza y locales de tatuajes, y los bowling, entre otros negocios . Los cines, teatros y restaurantes podrán abrir sus puertas a fines de abril. El gobernador de Tennessee, Bill Lee, dijo que permitirá que su orden de confinamiento para la gente expire a fin de mes.
«El distanciamiento social puede continuar, pero el apagón económico, no», afirmó.
El gobernador republicano de Florida, Ron de Santis, le dio a un equipo cinco días para que terminara de pulir un plan de reapertura. De Santis, uno de los últimos mandatarios en decretar el confinamiento en Florida, fue muy criticado al permitir que jóvenes estudiantes de todo el país deambularan libres por las playas del estado durante el famoso Spring Break, cuando la pandemia ya arreciaba en el planeta. La semana pasada, De Santis permitió que algunas playas volvieran a abrir.
En Estados Unidos, la cuarentena ha sido muchas cosas, menos una cuarentena. A diferencia de lo que ocurre en Italia, España o la Argentina, donde existen fuertes restricciones, y las autoridades son muy estrictas para que la gente la cumpla, en Estados Unidos todavía se puede salir de la casa para caminar, pasear, trotar o andar en bicicleta . En Iowa, Arkanasas, Dakota del Norte y Dakota del Sur y Nebraska, los gobernadores nunca le ordenaron a sus ciudadanos que se guardaran. Y el presidente Donald Trump se negó a imponer una cuarentena nacional: le dejó esa decisión a criterio de los estados.
La Casa Blanca presentó la semana lineamientos para guiar a los estados en sus planes de reapertura. Pero la movida temprana de los estados parece ir en contra de esa guía.
Estados Unidos es el país más afectado por el Covid-19. La primera potencia global se acerca a los 815.000 casos confirmados, casi un tercio de los registrados en todo el mundo, y más de 43.600 muertes, una cuarta parte del total global , según la base de datos de la universidad Johns Hopkins. Expertos en salud han dicho en reiteradas oportunidades que las mejoras que ha comenzado a mostrar la pandemia en las últimas semanas se debe a las medidas de confinamiento y distanciamiento social, y que cualquier giro arriesga provocar un rebrote.
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