En tiempos de distanciamiento social, teletrabajo y educación a distancia, encontrar un punto de equilibrio entre el tiempo que se pasa frente a la pantalla y el que no puede ser un verdadero desafío. “Estos son momentos de excepción, o sea que se rompe lo cotidiano. Es necesario adecuarse a esto. La palabra clave es flexibilidad”, analiza Diana Litvinoff, psicóloga, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA).
La idea es lograr organizarse con las tareas de modo tal que se encuentre un momento para el trabajo, el estudio y el ocio que, a raíz de esta situación, convergen en un mismo espacio. En relación con esto, surge, entre muchas otras, algunas inquietudes vinculadas al gaming en el hogar: ¿cómo establecer un uso adecuado de los videojuegos? ¿Se podrían emplear, también, de forma educativa? ¿Cómo se establecen límites en este particular contexto?
Videojuegos educativos
Cabe señalar que hay una gran cantidad de videojuegos educativos, algunos gratuitos y otros pagos, disponibles para plataformas móviles, PC y consolas que pueden ser de utilidad en estos tiempos.
Si bien en muchos casos los colegios están enviando tareas para hacer de forma remota e incluso desde los gobiernos se ha dispuesto el acceso a sitios sin costo con material educativo, los juegos pueden también ser una forma de ayudar a que los niños incorporen esos conocimientos.
Hay todo tipo de opciones desde apps con juegos para que los niños aprendan a leer de forma lúdica, como Leo con Grin, o para adquirir conocimientos matemáticos (El Rey de las Matemáticas), de programación (Code Karts) o idiomas (Duolingo). Es cuestión de investigar y buscar en función de la edad y el tipo de asignatura que se busque enseñar/aprender.
El juego como entretenimiento
Más allá de que se busquen opciones educativas también es bueno permitir que los niños y adolescentes se vinculen con los juegos que les interesen meramente para divertirse.
“El entrenamiento es una de las formas para mantener la salud psíquica. Por su puesto que es necesario vigilar que los niños no entren a sitios que no son par menores, eso hay que tenerlo en cuenta siempre”, subraya Litvinoff. Es importante que estos días de cuarentena no se conviertan en una batalla en torno al uso de los dispositivos sino que, por una parte, se entienda que pueden ser aliados, tanto en la educación como en la recreación. La clave es poder organizarse para que cada cosa se haga en un tiempo adecuado.
Establecer límites
En estos momentos en que padres, madres e hijos confluyen en un mismo espacio organizarse y poner límites es vital. Por un lado los mayores estarán concentrados en sus trabajos remoto y por el otro tienen que asegurarse que sus hijos realicen las tareas educativas.
En este contexto, ¿cómo se logra establecer límites? Sin dudas es un desafío mayor que el que presenta cualquier otra oportunidad. “Nos parece fundamental, por sobre todo, mantener una buena comunicación con nuestros hijos como base. Por eso, esta es nuestra recomendación principal. Después aconsejamos implicarnos en el juego y en la medida de lo posible, enseñarles a establecer límites de tiempo y ofrecer alternativas a la pantalla”, subraya José de Matías, director académico de The Global Esports Academy.
Conocer la edad recomendada para cada juego
Esta información se puede leer en la descripción de los juegos pero en caso de que no se encuentre el dato allí se puede verificar el sitio pegi.info, de la Pan European Game Information donde se ve una recomendación de uso por edades para cada juego. Allí también se informa si incluye contenido violento, menciona De Matías.
En este punto, cabe señalar que Europa se rige por el sistema de Información de Juegos Europeos (PEI), para establecer la edad mínima sugerida de los juegos. En Estados Unidos, esta clasificación recae en manos de la Junta de Clasificación de Software de Entretenimiento (ESRB).
Herramientas de control parental
Cada una de las consolas o sitios también cuenta con herramientas de control parental que pueden usar los adultos para dosificar el consumo que hacen los menores.
En el caso de Nintendo Switch, por ejemplo, se ofrecen opciones para limitar las compras online, administrar el tiempo que pasan jugando, así como las transmisiones y comunicación con otros jugadores, como se puede ver aquí.
En la PlayStation 4 (PS4) también se añaden opciones para limitar gastos y el acceso al juego y la web, tal como se menciona en su página. De manera similar ofrece opciones de gestión Xbox One.
Los sistemas operativos Windows 10 y el de iOS también cuentan con varias opciones de configuración que se pueden ver ingresando aquí y aquí. En Android también hay varias apps que permiten hacer esto, como Family Link, que es de Google y está disponible, sin costo, para Android 4.4 KitKat o posterior, así como para iOS 9 en adelante
Jugar con ellos
“Otra de las opciones, de hecho la mejor, es que juguemos con nuestros hijos. No solo estaremos pasando tiempo con ellos y compartiendo una afición sino que además sabremos de primera mano si el juego en cuestión es adecuado o no”, subraya De Matías.
Hace un tiempo, consultado por Infobae sobre cómo evitar que los niños o adolescentes hagan un uso excesivo del gaming, el doctor Alberto Álvarez, psiquiatra y psicoanalista miembro de APA y FCL mencionaba lo siguiente: “respecto a que pueden hacer los padres en relación a sus hijos, algo básico es no sustituir vínculo o relación humana por tecnología. Que la tecnología en todo caso pase a ser una manera más de la modalidad del vínculo y que se pueda por ejemplo compartir. Pero específicamente no perder de vista que, el lugar simbólico que los padre tienen en relación a sus hijos no es intercambiable por ninguna máquina por más perfecta que sea y que la posibilidad de compartir experiencias de vida es fundamental para la estructuración psíquica”.
Cuánto tiempo es recomendable que pasen jugando videojuegos
En este punto cabe señalar que la idea es tener variedad, en la medida de lo posible y según lo permiten estas circunstancias particulares de distanciamiento social. Dicho esto, es clave entender que el problema no es solamente que se pase todo el tiempo jugando videojuegos, sino que se pase todo el día frente a un monitor ya sea trabajando, contestando mails o viendo videos.
El punto es, nuevamente, dentro de lo limitado que uno se encuentra en estas circunstancias, de poder encontrar espacios para estar offline, por supuesto cuando se come y se duerme, pero además uno se puede tomar un rato para leer un libro, hacer ejercicios en el hogar, jugar juegos de cartas, o lo que sea posible.
Dicho esto, también a la hora de estar online hay que buscar rotar de actividades, encontrando un equilibrio entre el deber y el ocio, como ya se mencionó. Puntualmente en lo que se refiere a videojuegos, desde Global Esports Academy señalan que se guían por las recomendaciones de la Asociación Americana de Pediatría que indican que los menores de 12 años no superen las 2 horas de videojuegos por día. En el caso de los mayores de esa edad, no está estipulado una cantidad de horas fijas pero sí entienden que lo más saludable es, pasadas las dos horas, hacer un descanso para luego retomar.
“Tengamos en cuenta que en esas dos horas hablamos de jugar a videojuegos al estilo convencional. Por ejemplo, podemos añadir una hora de videojuegos activos o exergames como la Wii o videojuegos en lo que nuestros hijos hagan ejercicio si disponemos de ellos y suprimir horas de estudio por algunos videojuegos educativos”, subraya De Matías.
Y concluye: “De todos modos lo más aconsejable es seguir las indicaciones y que nuestros hijos tengan un día con actividades variadas y diferentes. Para poder hacer esto es muy importante que les demos otras opciones de ocio”.
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