TEGUCIGALPA, HONDURAS
Los efectos negativos del estrés en el cuerpo son todavía algo desconocido para mucha gente. Por lo general, uno suele pensar que esta emoción se trata de algo normal e incluso necesario en ciertos momentos.
Esta afirmación es cierta, pero también lo es que, si se alarga en el tiempo, puede ocasionar un desgaste y una serie de problemas bastante peligrosos. Profundicemos al respecto.
La fisiología del estrés
Como ya hemos dicho, el estrés no tiene por qué ser negativo. De hecho, en pequeñas dosis, puede ser hasta positivo. Esto se debe a que desencadena reacciones en nuestro organismo asociadas a nuestro sistema de defensa y activación.
De esta forma, contribuye a activar las tendencias primitivas de huir o luchar. Así lo sugiere este estudio conjunto de la Universidad de Londres y la Universidad de la Laguna (España), que expone que algo de estrés aumenta nuestro ritmo de trabajo y puede convertirnos en más eficientes.
No obstante, el exceso de estrés o el estrés crónico afecta directamente a tres sistemas en el organismo: el sistema endocrino, el sistema nervioso y el sistema inmune. De ahí que se generen en cadena una ingente cantidad de efectos negativos. El estrés activa el cerebro de múltiples maneras, lo que provoca una reacción en cascada.
Primero se desencadena una respuesta neurológica que activa el hipotálamo. Esto provoca la secreción de hormonas y estimula la hipófisis, que a su vez, segrega ACTH corticotropina.
La corticotropina activa las glándulas suprarrenales y esto desencadena la producción de adrenalina (epinefrina) y noradrenalina (norepirefrina) y de corticoesteroides (aldosterona) y glucocorticoides (cortisol).
Las fases del estrés
- Fase de alarma: los estímulos suceptibles de causar estrés activan el sistema nervioso simpático. Tiene lugar la secreción de adrenalina y noradrenalina, lo que aumenta la concentración y capacidad de atención. Los efectos inmediatos, así pues, pueden incluir hipertensión arterial, aumento del ritmo cardiaco y sudoración. Esta fase dura poco tiempo.
- Fase de resistencia: es la consecuencia de que la fase de alarma se extienda por más tiempo del debido. En este punto, comienzan las alteraciones en el metabolismo y los órganos empiezan a sufrir los efectos negativos de la excitación del sistema nervioso y la consecuente secreción de hormonas.
- Fase de agotamiento: el organismo está alterado por el descontrol de los sistemas implicados en la respuesta al estrés. Entonces, comienzan los síntomas que caracterizan las patologías típicas de las personas sometidas a este trastorno.
Los efectos negativos del estrés
Sobre el sistema digestivo
Entre los principales efectos negativos del estrés sobre este sistema se hallan múltiples patologías. Entre ellas, problemas de estómago, diarrea o estreñimiento, según asegura este informe de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Además, promueve la adopción de malos hábitos alimenticios como comer a destiempo, consumir comida chatarra, dejar de alimentarse y otras conductas afines.
Sobre el sistema respiratorio
En este sistema, el estrés puede actuar de forma directa o indirecta. De forma directa puede producir hiperventilación, disnea y sensación de ahogo. Esto suele ir asociado a problemas de ansiedad relacionados.
De forma indirecta, al debilitar el sistema inmune, ya que podría aumentar el riesgo de sufrir problemas respiratorios.
Sobre el sistema cardiovascular
Este es uno de los sistemas más afectados por el estrés. De hecho, algunos de sus efectos pueden tener resultados fatales. Entre ellos se encuentra el aumento del riesgo padecer un infarto, según explica este estudio realizado por un grupo de médicos del Departamento de Medicina Legal de Costa Rica.
En los músculos y la piel
Así lo expone el informe anterior de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos. Por ejemplo, puede ocasionar acné, eczemas, dermatitis, calambres musculares, dolores o rigidez.
Pide ayuda de un profesional si sufres los efectos negativos del estrés
Ya vemos que los efectos negativos del estrés pueden conllevar la pérdida de la integridad física y mental. Así pues, tenemos que evitar por todos los medios que nuestra salud psicoemocional se vea comprometida hasta este punto.
Para ello, debemos buscar herramientas y ayuda profesional de un psicólogo para aprender a prevenir patologías asociadas y a conocernos, cuidarnos y querernos mejor.
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