El primero fue Timothy Brown, conocido como «el paciente de Berlín» y ahora llega el llamado ‘paciente de Londres’. Son, de momento, las únicas dos personas en el mundo que se han curado del VIH, el virus que causa el sida. Y a ellos podría sumarse una tercera persona, el «paciente de Düsseldorf», que lleva 14 meses sin virus en ausencia de medicación antirretroviral de un trasplante de médula ósea.
La revista «The Lancet HIV» publica hoy martes un estudio que confirma la ‘cura’ del VIH del llamado «paciente de Londres», ya que 29 meses después de someterse a un trasplante de células madre sigue sin haber rastro de replicación del virus en su organismo. La publicación sale a la luz coincidiendo con la Conference of Retrovirus and Opportunistic Infections(CROI) que debía celebrarse en Boston (EEUU) pero que debido al COVID-19 se lleva a cabo forma virtual.
El autor principal del estudio, el profesor Ravindra Kumar Gupta, de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) subraya que «estos resultados representan el segundo caso de un paciente curado del VIH. Nuestros hallazgos muestran que el éxito del trasplante de células madre como una cura para el VIH, reportada por primera vez hace nueve años en el paciente de Berlín, puede ser replicada».
Ambos casos se integran dentro del consorcio IciStem, coordinado por el Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa, impulsado conjuntamente por «la Caixa» y el Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya, y el « Centro Médico Universitario de Utrecht (Holanda)». En este mismo congreso, IciStem también presenta el caso del « »paciente de Düsseldorf», aunque en esta ocasión se habla de remisión a largo plazo del VIH.
Los investigadores diferencian los conceptos de «cura» y «remisión a largo plazo» en función del tiempo transcurrido sin rebote viral desde la interrupción de la medicación antirretroviral. «Cuando se publicó inicialmente el caso de Londres insistimos en no hablar de cura porque, aunque 18 meses invitaban mucho al optimismo porque no se había visto un intervalo tan largo desde el «paciente de Berlin»’, queríamos ser prudentes y no generar falsas expectativas», señala Javier Martínez-Picado, investigador ICREA en IrsiCaixa y co-coordinador de IciStem. Ahora, con 29 meses de remisión, los investigadores van un paso más allá.
El nuevo caso de curación del VIH se trata de un hombre portador del VIH desde el año 2003 a quien se le detectó un Linfoma de Hodgkin, una enfermedad por la que se forman células malignas (cancerosas) en el sistema linfático. Por este motivo se sometió en 2016 a un trasplante de células madre que tenían una mutación, llamada CCR5 Delta 32, que imposibilita la entrada del virus a las células diana del VIH, los linfocitos T CD4.
Esa intervención, muy agresiva por su elevado nivel de mortalidad (no sobreviven a ella entre un 40 y un 50 por ciento de los pacientes intervenidos), le abrió, sin embargo, la puerta a la curación. Para Gupta resulta «importante tener en cuenta que este tratamiento curativo es de alto riesgo, y solo se utiliza como último recurso para pacientes con VIH que también tienen neoplasias hematológicas potencialmente mortales. Por lo tanto, no es un tratamiento que se ofrezca a pacientes con VIH que están en tratamiento antirretroviral».
Al cabo de 16 meses, se interrumpió el tratamiento antirretroviral y, en marzo del 2019, la revista «Nature» publicó un artículo en el que se demostraba que llevaba 18 meses con el virus indetectable en su sangre, lo que le convertía en el segundo caso de «remisión a largo plazo».
Ahora, el nuevo trabajo confirma que, 29 meses después de la interrupción del tratamiento, el virus continúa indetectable en sangre, líquido cerebro-espinal, tejido intestinal y semen. Los análisis detectan niveles muy bajos de genoma de VIH en tejidos linfoides, pero se trata de material genético defectuoso que no tiene capacidad replicativa y, por tanto, no tiene capacidad infecciosa. «Todo esto nos empuja a concluir que se trata de un segundo caso de curación porque en el Paciente de Berlín también se detectaban restos fósiles de ADN viral y sin capacidad infecciosa», explica Martínez-Picado.
Si bien la mayoría de los pacientes con VIH pueden controlar el virus con las opciones de tratamiento actuales y tienen la posibilidad de vivir una vida larga y saludable, la investigación experimental de este tipo que sigue a pacientes que se han sometido a tratamientos curativos de alto riesgo y último recurso, puede proporcionar información sobre una cura en el futuro.
El Paciente de Londres también presenta anticuerpos contra el VIH, aunque a un nivel muy bajo y que ha experimentado una reducción continua desde el trasplante. Su presencia podría indicar que las nuevas células del sistema inmunitario podrían haber sido expuestas al virus, pero según la investigadora de IrsiCaixa María Salgado, que forma parte de IciStem, «es habitual que en el organismo persistan evidencias de una infección pasada, los anticuerpos pueden tardar años en desaparecer».
En comparación con el tratamiento utilizado en el paciente de Berlín, los autores destacan que «el paciente de Londres»’ representa un paso más hacia un enfoque de tratamiento menos intensivo, mostrando que la remisión a largo plazo del VIH se puede lograr utilizando regímenes farmacológicos de intensidad reducida, con un trasplante de células madre (en lugar de dos) y sin irradiación total del cuerpo.
Sin embargo, al ser solo el segundo paciente en someterse a este tratamiento experimental con éxito, los autores señalan que necesitará un control continuo, pero mucho menos frecuente, para la reaparición del virus.
¿Qué significan esos resultados para futuros desarrollos de terapias curativas para el VIH que utilizan el gen CCR5? Para una de las coautoras del estudio, Dimitra Peppa, de la Universidad de Oxford (Reino Unido), «el paciente de Londres y Berlín son ejemplos del uso del gen CCR5 en terapias curativas fuera de la edición de genes. Todavía hay muchas barreras éticas y técnicas, por ejemplo, edición de genes, eficiencia y datos sólidos de seguridad, que deben superarse antes de cualquier enfoque. El uso de la edición de genes CCR5 puede considerarse como una estrategia de cura escalable para el VIH».
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