Se sabe que la contaminación de superficies y objetos es una de las vías más frecuentes de transmisión de las infecciones. Y el coronavirus es una de ellas.
También se sabe que el COVID-19 no fue encontrado en el aire y que sí sobrevive varias horas en las superficies. De allí la importancia de limpiar y desinfectar todo lo que pueda estar en contacto con las manos, ya que es a través de éstas que los virus y bacterias llegan a la boca, nariz y ojos e infectan el organismo.
“Depende del tipo de superficie, de la concentración del virus, la temperatura y la humedad lo que se sabe es que el coronavirus puede sobrevivir desde algunas horas hasta tres días”, aseguró a Infobae el ingeniero Martín Piña, director de la carrera de Ingeniería en Alimentos de Fundación UADE. E hizo una diferencia entre limpiar y desinfectar. “Cuando se limpia se pasa un trapo, paño, se barre, o pasa la aspiradora para eliminar la suciedad visible, pero si no se desinfecta no se mata los virus o bacterias”, explicó.
Y detalló lo que debiera ser el correcto método de limpieza: “Primero hay que limpiar y luego desinfectar con un agente químico, que podrá ser alcohol o lavandina”.
“El alcohol que se vende en las farmacias es a 96° y está demostrado que al 70% tiene una mejor acción bactericida, por lo que lo ideal es diluir 70 mililitros de alcohol en 30 de agua y así será mucho más efectivo que al 96”, destacó el especialista. Así, para una mayor practicidad al momento de la limpieza, podrá colocarse en un rociador una dilución de alcohol al 70 para tener a disposición sin tener que preparar cada vez.
Así, Piña recomendó que “antes de empezar a cocinar, por ejemplo, se rocíe la mesada y los utensilios con esta dilución, dejar actuar entre uno y cinco minutos y luego con un algodón retirar y dejar secar”. “Esta misma preparación sirve para desinfectar el piso, picaportes, controles de remoto, teclas de luz, celulares, y todo lo que tenga contacto con las manos, que son las transmisoras del virus, de allí que sea tan importante seguir la recomendación de los especialistas de no llevarlas a la cara, especialmente a los ojos, nariz y boca”.
¿Cada cuánto hacerlo? “Con la mayor frecuencia que se pueda, lo ideal es varias veces al día aunque tampoco es bueno entrar en paranoia”.
Sobre la lavandina, producto que también está demostrado que mata este y otros virus y bacterias, Piña aconsejó “leer siempre la etiqueta para ver la concentración de cloro que cada marca contiene y diluir acorde a cada concentración”.
“Para lavarse las manos, lo mejor es el agua y jabón, siempre siguiendo con los pasos y recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud en cuanto al tiempo que debe durar el lavado”, señaló el especialista.
Una salvedad que hizo Piña respecto a cada uno de estos agentes químicos, es que “el alcohol se evapora y no es tóxico, en tanto la lavandina luego debe ser enjuagada con agua”.
Y tras recordar que “el virus no sobrevive en el aire, por lo que de poco servirá rociar el hogar con aerosoles desinfectantes, aunque sí se los podrá usar para aplicar en superficies, al igual que las toallitas desinfectantes”, insistió en recomendar ventilar a diario los ambientes.
Los errores más comunes
– No lavarse las manos de la manera y el tiempo recomendado.
– Cerrar la canilla (que fue abierta con la mano sucia) con la mano limpia. «En los baños públicos debe usarse una toalla de papel y en casa conviene rociar la canilla con la dilución de alcohol después».
– No darle tiempo de acción al producto. «Antes de enjuagar la lavandina o pasar el algodón en caso del alcohol, dejarlo actuar entre uno y cinco minutos».
– No leer las etiquetas de los productos de limpieza.
– Entrar a la casa con los zapatos que se usaron durante el día. “Lo recomendable es dejarlos en la puerta o en un hall de entrada en caso de vivir en una casa, y quienes viven en departamento deben sacárselos, entrarlos en la mano, guardarlos en su lugar y lavarse las manos”.
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