Una de las cosas vitales para entender el comportamiento del virus SARS-CoV-2, causante del COVID-19, es llevar a cabo secuencias genéticas. Hacerlo de forma masiva ayuda a comprender las cadenas de transmisión, a determinar la variabilidad genética y entender su evolución viral.
Se trata de un proceso en el que Colombia, poco a poco, ha avanzado. Según el Instituto Nacional de Salud (INS), el país ha hecho 155 secuencias genéticas del coronavirus, de las cuales 131 ya están publicadas en la base de datos GISAID.
Es una cifra que ubica al país como el tercero de Suramérica donde más se han hecho estos análisis. En total, en la región se han realizado 746.
En este proceso no ha participado únicamente el INS. Varias universidades, como la del Rosario, la de Antioquia y la Cooperativa de Colombia, han sumado esfuerzos. Gracias a ese trabajo, se ha podido identificar de qué lugares provienen los virus que llegaron al país.
“Los estudios genómicos funcionan como una especie de dial de radio, en el que hay que sintonizar y sintonizar, haciendo numerosas secuenciaciones que arrojan diferentes fechas y lugares de origen, información que permite ajustar los modelos matemáticos”, explicó en un comunicado Martha Ospina, directora del INS.
“En este momento, hemos secuenciado ya virus provenientes de Estados Unidos, China, Italia, además de España y hemos identificado más de 10 introducciones distintas”, aseguró.
“Hemos obtenido 88 secuencias adicionales que mostraron la circulación de 11 linajes distintos en Colombia y permitieron observar al menos ocho posibles introducciones durante la dispersión de SARSCoV-2 en el país, que concuerdan con lo previamente reportado por el INS, en donde se confirmó que el virus ingresó al país en el mes de febrero”, dijo por su parte, Juan David Ramírez, director del Laboratorio de Microbiología de la Universidad del Rosario.
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