EFE. Centroamérica afronta una «contracción (económica) severa», algo no visto desde la Gran Depresión de los años 30, como consecuencia del coronavirus, que ha causado 141.285 infectados y más de 3.700 muertos en la región, alertó este sábado el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).
Centroamérica sufre «una contracción severa que no se ha visto desde la Gran Depresión de los años 30», dijo en una entrevista con Efe el presidente del BCIE, Dante Mossi.
Aseguró que los países centroamericanos registrarán los próximos meses cifras «más graves» que las causadas por fenómenos naturales, como el huracán Mitch, que en 1998 dejó cuantiosas pérdidas materiales y miles de muertos.
«En la medida que comencemos a salir de la emergencia sanitaria nos vamos a encontrar con una crisis económica sin paralelo», enfatizó.
La crisis provocada por la COVID-19 puede destruir millones de puestos de trabajo en la región debido al cierre de empresas, advirtió.
«Muchas empresas han cerrado, cuando las personas salgan de sus casas a buscar su empleo, se van a llevar la sorpresa de que no existe un empleo para ellas», subrayó Mossi.
POBLACIÓN Y ECONOMÍA SUFREN
En su opinión, las políticas «muy agresivas» implementadas por la región, especialmente el Triángulo Norte de Centroamérica (El Salvador, Guatemala y Honduras) han sido «buenas», porque han «limitado el escenario pesimista» de llegar a tener hospitales insuficientes para atender la pandemia.
«A pesar de que hay insuficiencia de atención médica, no es a niveles catastróficos como se había dado un posible escenario cuando comenzó la pandemia», precisó.
Dijo sentirse «muy apesarado» por la muerte de cientos de personas a causa del coronavirus en la región y lamentó que la población y la economía han «sufrido mucho» por la enfermedad.
Los contagios confirmados de la enfermedad en Centroamérica suman 141.285 y las muertes 3.778, de acuerdo con las cifras oficiales de los países.
¿QUÉ VA PASAR DESPUÉS?
Mossi espera que en las próximas semanas la región pueda controlar el «crecimiento acelerado» de contagios de la enfermedad y luego comience a «planificar lo que vamos hacer el día después».
La agricultura e infraestructura no han sido dañadas por la COVID-19, por lo que los gobiernos tendrán que «endeudarse para poder estimular el gasto público», enfatizó.
Señaló que, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), «no es el momento de dejar de gastar, no es el momento de ser austeros, lo contrario, es el momento en el que los gobiernos tienen que comenzar a usar su poder privilegiado de la economía para disparar la inversión, el gasto».
Esto solo se logra, añadió, con «endeudamiento público», pero los gobiernos deben analizar hasta donde se pueden endeudar para «arrancar su economía».
Destacó el caso de Panamá, país que ha reactivado «con mucha fuerza» las asociaciones públicas-privadas como una manera de «minimizar el gasto del Estado en infraestructura básica, pero que generé empleo».
Dijo además que las pequeñas y medianas empresas que han estado cerradas por la crisis tendrán acceso a un crédito a través de la banca privada, «sin pagar nada por dos años y pagarán su préstamo en cinco (años)».
«Es urgente, prioritario, que se derrote el contagio de COVID para comenzar a trabajar en la economía» de los países centroamericanos, agregó.
POCA INVERSIÓN EN SALUD PÚBLICA
Mossi espera que los próximos seis meses la actividad económica de los países centroamericanos sea liderada por «ese gasto público», mientras el sector privado se reactiva.
«Nos vienen seis meses muy duros y tenemos que realmente apoyar a los gobiernos para que hagan lo correcto, va a ser crítico para evitar problemas sociales mayores», enfatizó.
Instó a la población regional a «aprender a coexistir» con el coronavirus debido a que la vacuna contra el patógeno «no va estar lista en el corto plazo».
Lamentó que hasta ahora la inversión en salud pública ha sido baja en Centroamérica, con la excepción de Costa Rica y Nicaragua.
«El sector salud ha sido desatendido, no ha tenido el mejor apoyo y ahora le exijamos que responda en forma es un poco injusto», enfatizó el presidente del BCIE, a quien «le inquieta» no saber cuándo llegará el pico de la pandemia.
También dijo que le preocupa que «tan rápido vamos a conquistar el avance de COVID para ponernos a trabajar realmente en el programa de reactivación económica de la región», pero si el parón económico continúa será muy difícil, señaló Mossi.
APOYO DEL BCIE
El BCIE, que tiene su sede en Tegucigalpa, aprobó en abril el Programa de Emergencia de Apoyo y Preparación por casi 2.000 millones de dólares para prevenir y contener la expansión del coronavirus, y fortalecer la economía regional.
El Salvador y Honduras han accedido a un crédito con el BCIE por 50 millones de dólares cada uno para aumentar sus esfuerzos de prevención, detección y tratamiento de COVID-19, y apoyar a personas pobres afectadas, explicó.
El BCIE también aprobó 200 millones de dólares para fortalecer la posición del Banco Central de Honduras en el marco de la crisis por la pandemia, mientras Costa Rica ha solicitado un crédito por 200 millones de dólares.
El organismo bancario centroamericano ha donado en dos ocasiones kits de extracción necesarios para diagnosticar el coronavirus a los países de la región y prepara un tercer donativo, explicó.
FALTA DE TRANSPARENCIA
Adquirir insumos médicos en medio de la pandemia, según el presidente del BCIE, es «bien complicado», por lo que considera que «no es sorpresa» que en muchos países se registren denuncias sobre «falta de transparencia en el manejo de recursos».
Honduras no es la excepción. El país ha comprado siete hospitales móviles a una empresa de Turquía, pero los dos que llegaron hace dos semanas no han podido ser sacados de Puerto Cortés, en el Caribe, por presunta corrupción en su adquisición hecha a través de Inversiones Estratégicas de Honduras (INVEST-H).
«No solamente se necesita fondos frescos, sino también gestión eficiente. En el caso de Honduras, el gobierno tendrá que tomar todas las acciones necesarias para rápidamente eficientar su sistema (de salud), quizás descentralizarlo, para que el manejo de la crisis sea menos responsabilidad del sistema centralizado»», explicó.
El Banco Centroamericano ha planteado al gobierno hondureño la posibilidad de traer expertos de Corea del Sur o Taiwán, para que ayuden al país a contener la enfermedad, señaló Mossi, quien aseguró que Honduras se “está preparando bien” para enfrentar el futuro después de la pandemia.
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