Tras la erupción del volcán Cumbre Vieja en la isla canaria de La Palma en España, el pasado 19 de septiembre. Las autoridades han declarado prohibidas más de 8.200 hectáreas. Esta ha sido la zona más afectada y lo que era considerado como un paraíso terrenal, tanto para los residentes como para los visitantes, ahora parece estar sepultado bajo una capa inmensa de cenizas dando un aspecto post-apocalíptico.
El exceso esta restringido solo a policías, soldados y científicos que pueden circular libremente por la zona de exclusión. Sin embargo, gracias a un ensayo fotográfico realizado por Emilio Morenatti , fotógrafo jefe de España y Portugal para The Associated Press y director editorial de la agencia, podemos observar imágenes de ahora este paisaje desolado. Objetos abandonados bajo la presión de la fuga. Un columpio para los niños. Una fuente en un patio. Todo lo que esta por desaparecer bajo una nieve negra caiga al suelo centímetro a centímetro.
El arrastre de la lava, la acumulación de cenizas, se sincronizan con la creciente angustia de los hombres y mujeres cuya forma de vida se está borrando. Ahora, los residentes evacuados hacen fila en autos y camiones en el borde de la zona, esperando el permiso para hacer viajes escoltados a casa para rescatar sus posesiones más queridas; o al menos despedirse de sus propiedades en peligro de extinción.
Sin embargo, en medio del apocalipsis, hay momentos para que emerja lo sublime. Los colores que quedan ganan en brillo contra el nuevo fondo de ébano. Un pequeño arbusto, se convierte en un globo verde luminoso, parecido a un faro de la naturaleza.
Todas las fotografías cortesía de Emilio Morenatti | AP
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