El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, decidió que su gobierno destine 5.500 millones de reales (más de 1.000 millones de dólares) para la producción y distribución de vacunas contra el COVID-19, incluidas 50 millones de dosis del inmunizador de AstraZeneca.
La Secretaría General de la Presidencia informó que el dinero debe garantizar el suministro de estas dosis en el segundo semestre del año y que será un complemento a los 20 mil millones de reales (un poco más de 3.800 millones de dólares) destinados a fines del año pasado para la compra de inmunizadores.
En un comunicado, el Ejecutivo expresó: “Ante este contexto excepcional derivado de la pandemia del COVID-19, que tiene impactos demasiado negativos en la salud pública, la economía y el desarrollo de otras políticas públicas, es imperativo abrir el crédito extraordinario en cuestión“.
Y agregó: “El Estado brasileño redobla sus esfuerzos para garantizar la oferta regular de servicios y programas dirigidos a la población en general, especialmente a los más vulnerables, otorgando a los organismos y agentes públicos el acceso a instrumentos capaces de mitigar los efectos nocivos de pandemia en la sociedad brasileña“.
La decisión del Ejecutivo brasileño llega en momentos de fuertes cuestionamientos en materia de vacunación. Al gobierno de Jair Bolsonaro se le reprocha la lentitud en el proceso de inoculación de la población.
Hasta este lunes, cerca del 17 % de la población del país, de unos 210 millones de habitantes, recibieron la primera dosis de la vacuna, mientras que el 8,5 % fueron inoculados con la segunda.
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