Brasil, actual epicentro global de la COVID-19, registró 2,841 muertes por el virus en las últimas 24 horas, un nuevo récord diario de víctimas desde el inicio de la pandemia, que ya deja más de 282,000 fallecidos y 11.6 millones de contagios en el país, informó este lunes el Gobierno.
De acuerdo con el boletín divulgado por el Ministerio de Salud, el número de decesos de este martes supera ampliamente el del miércoles de la semana pasada (2,286 víctimas), que era hasta ahora el día más letal desde el inicio de la pandemia y camina hacia las 3,000 muertes diarias.
En cuanto a contagios, el informe del ministerio señala que en la última jornada fueron notificadas 83,926 nuevas infecciones, con lo que subió a 11,603,535 el número de casos confirmados en el país, la tercera cifra más alta de contagios tras el récord de 87,840 registrado el 7 de enero y los 85,860 notificados el 12 de marzo.
El ministerio demoró este martes en entregar los datos que fueron divulgados una hora después de lo acostumbrado y las nuevas cifras, tanto de muertes como de contagios, son superiores a las señaladas inicialmente por el Consejo Nacional de Secretarías de Salud (Conass), al parecer, por falta de actualización en los registros.
El récord de muertes anunciado horas antes por el Conass fue de 2,340 fallecidos y el de contagios señalaba 75,595 nuevos casos confirmados en la última jornada.
Aunque el ministerio aún no divulgaba el promedio diario de muertes y contagios de las últimas semanas, los datos del Conass indicaban que este martes también se batía un nuevo récord con una media diaria de 1,894 muertes y 67,396 contagios en la última semana.
Los elevados promedios en los últimos días ratifican a Brasil como uno de los países más azotados por la pandemia y lo ubican como la segunda nación en número de muertes y contagios por COVID en el mundo, tan sólo superada por Estados Unidos.
Igualmente confirman que el gigante latinoamericano, con sus 210 millones de habitantes, sufre actualmente una nueva ola de la pandemia, más virulenta y letal, en parte provocada por la circulación de nuevas variantes del virus, entre ellas la brasileña que tuvo origen en la Amazonía.
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