El presidente Joe Biden recibe el viernes en la Casa Blanca a su par surcoreano Moon Jae-in para subrayar su enfoque estratégico en Asia, mientras minimiza posibilidades de un rápido progreso en los dos mayores desafíos que enfrenta Estados Unidos.
En efecto, el creciente poder de China como rival por el liderazgo en Asia y el polvorín nuclear de Corea del Norte se ciernen sobre las conversaciones.
El gobierno de Biden admite no tener una respuesta fácil para ninguno de los dos asuntos.
“El objetivo aquí es entender que probablemente este será un proceso desafiante y darnos la máxima flexibilidad”, dijo un alto funcionario de la Casa Blanca sobre cómo lidiar con el arsenal nuclear de Corea del Norte.
En ese contexto, Washington pone énfasis en la reconstrucción de sus alianzas tradicionales en la región, especialmente con Corea del Sur y Japón.
Mientras Donald Trump trató a los socios extranjeros alternativamente como competidores comerciales feroces o gorrones, Biden volvió a apoyarse en las alianzas democráticas forjadas en los sangrientos conflictos del siglo XX como núcleo para mantener la supremacía estadounidense.
Moon llega a Washington como el segundo invitado extranjero de Biden. El primer ministro japonés Yoshihide Suga fue el primero, en abril.
La relación entre Estados Unidos y Corea del Sur “es el eje de la seguridad y la prosperidad para el noreste de Asia y un Indo-Pacífico libre y abierto”, dijo el funcionario de la Casa Blanca, que pidió no ser identificado.
Con información de AFP
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