TEGUCIGALPA, HONDURAS
El presidente Joe Biden ha anunciado la condonación de una parte de la deuda para la mayoría de estudiantes con préstamos en Estados Unidos, hasta 10.000 dólares por persona para aquellos con ingresos inferiores a 125.000 dólares al año como medida de alivio financiero para millones de familias a nivel nacional. Biden cumple así con una de sus promesas de campaña y extiende la congelación de los pagos que puso en marcha durante la pandemia y que está en vigor desde marzo de 2020.
«De acuerdo con mi promesa de campaña, mi Administración está anunciando un plan para dar un respiro a las familias trabajadoras y de clase media mientras se preparan para reanudar los pagos de préstamos estudiantiles federales en enero de 2023», ha escrito el mandatario en Twitter. El demócrata ha añadido que la cantidad perdonada será superior, de 20.000 dólares, para aquellos estudiantes de pregrado con un nivel muy alto de necesidad económica que hayan recurrido a las llamadas becas Pell.
El nuevo plan del presidente permitirá además que ciertos estudiantes con préstamos federales puedan limitar el pago de la deuda al 5% de sus ingresos mensuales. El anuncio llega tras meses de batalla política en Washington, entre los que sostienen -representantes del Partido Demócrata- que el perdón de una parte de la deuda es necesaria para paliar la disparidad entre clases sociales, y los que aseguran -desde la bancada republicana- que es injusto perdonar deudas cuando hay otros que se aprietan el cinturón y cumplen sin descuentos.
Se trata, en cualquier caso, de un asunto de una enorme envergadura en EEUU. Según la Education Data Initiative, la deuda estudiantil ascendió a 1,7 billones de dólares en 2021, muy por encima del valor de la economía española y de la deuda de tarjetas de crédito y los créditos para comprar coches en la primera potencia mundial. La cifra se ha multiplicado por cuatro desde 2006.
En total, hay 45 millones de personas con algún tipo de deuda por cursar estudios superiores, de los que un 92,7% la tienen pendiente con el gobierno federal. La media por persona es de 37,667 dólares, una cifra astronómica y una deuda que podría repercutir directamente en la alarmante inflación que atraviesa el país.
Los críticos a la medida han esgrimido que más dinero en los bolsillos de la población significará más consumo y precios más altos. El equipo de Biden ha asegurado que el 90% de ese paquete ayudará a personas con un bajo poder adquisitivo, aquellos que ingresan 75.000 dólares al año o menos.
En la práctica se trata de dinero del contribuyente que no volverá a entrar en las arcas federales, sumado a los millones que no puedan hacer frente a los préstamos cada año. Los números hablaban de uno de cada cinco habiendo fallado en algún pago antes de que la pandemia les diera un respiro.
Todo por obtener licenciaturas que en una universidad privada de élite como Harvard o Stanford -las dos mejores del mundo, según el ránking Academic World of Universities- puede superar los 70.000 dólares al año por alumno y que en el caso de centros públicos como la Universidad de Michigan, una de las más alto rango a nivel nacional, roza los 50.000 dólares anuales para estudiantes de fuera del Estado. Un listón infranqueable para la mayoría si no es con un préstamo que arrastran durante años después de licenciarse.
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