El bambú se está situando como uno de los materiales con más proyección del futuro. Es un material flexible pero de gran fortaleza, superando al acero en este sentido, posee cualidades que lo hacen muy versátil y además presenta un impacto ambiental positivo.
Una de las ventajas de este material es la rapidez de crecimiento y su facilidad de propagación. Estas características son muy importantes en cuanto a sostenibilidad, ya que el bambú tarda solo seis años en alcanzar la talla adulta, una clara ventaja frente al roble, que tarda 50 años en igualarla.
También tiene un cierto impacto positivo sobre los cultivos, ya que las plantaciones evitan la acción perniciosa del viento sobre ellos. Y añadimos otra importante ventaja: genera un 30% más de oxígeno que los árboles.
Empresas como Ikea proyectan trabajar cada vez más con el bambú, escogiendolo con una apuesta hacia el futuro. BMW, Starbucks, Zara o Bodyshop ya cuentan con el bambú en sus instalaciones o productos.
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