Un grupo de científicos de la Universidad de Burdeos (Francia) ha detectado hasta 170 exoplanetas errantes en una región de formación estelar en la Vía Láctea situada a 420 años luz de distancia, en las constelaciones de Escorpio y Ofiuco.
Estos planetas ‘rebeldes’ que vagan libremente por su cuenta son difíciles de observar debido a la falta de una estrella madre que los ilumine. Por este motivo, los investigadores afirman haber identificado al menos 70, pero podría tratarse de hasta 170 objetos del tamaño de Júpiter, considerado el mayor número descubierto a la vez. Los astrónomos no pudieron precisar en su investigación, publicada en la revista Nature, un número exacto debido a las incertidumbres relacionadas con la supuesta edad de la región y la masa de los objetos.
En el estudio se utilizaron casi veinte años de datos astronómicos, que acumulan 80.000 imágenes de campo amplio de varios grandes observatorios -incluidas las instalaciones del NOIRLab, los telescopios del Observatorio Europeo Austral, el Canadá-Francia-Hawaii y el Subaru-, para medir la luz de todos los miembros de la asociación en una amplia gama de longitudes de onda ópticas y de infrarrojo cercano y lo combinó con mediciones de cómo parecen moverse por el cielo.
«Es un reto, porque se trata de datos muy grandes: tuvimos que tratar con miles de millones de detecciones», comentó Hervé Bouy, astrónomo del Laboratorio de Astrofísica de Burdeos y líder de la investigación.
La técnica utilizada para este estudio fue de gran ayuda, ya que los métodos tradicionales de detección de exoplanetas errantes con microlente dependen de las alineaciones fortuitas entre el objeto y una estrella de fondo no relacionada. El problema de los microlentes es que tienden a captar eventos únicos, lo que hace probable que el planeta rebelde no vuelva a ser visto.
Sin embargo, el equipo científico recurrió a cámaras de grandes telescopios bajo el supuesto de que algunos de estos exoplanetas, al haberse formado hace solo unos pocos millones de años, aún están lo suficientemente calientes como para brillar y pueden ser sensibles a los lentes de estas cámaras.
«Medimos los movimientos diminutos, los colores y las luminosidades de decenas de millones de fuentes en una gran zona del cielo», explicó Miret-Roig, astrónoma de la Universidad de Burdeos y coautora del estudio. «Estas mediciones nos permitieron identificar con seguridad los objetos más débiles de esta región», agregó, señalando que un aspecto emocionante del descubrimiento es que estos nuevos planetas rebeldes podrán ser estudiados en el futuro.
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