ESTADOS UNIDOS
Los científicos de la Universidad de Arizona (EEUU) utilizarán un maniquí térmico para analizar las condiciones del cuerpo humano al ser expuesto a altas temperaturas. Su versatilidad y capacidad de sudar pueden ofrecer soluciones médicas y analizar como sobrevivir al calor extremo.
En un mundo en las temperaturas crecen cada año, con cerca de 62.000 personas muertas a causa del calor en Europa en el 2022 y 11.000 en España, además de sequías y graves incendios, la tecnología avanza para ofrecer soluciones. El robot ANDI cambia de maniquí a modelo de estudio para analizar los efectos de las altas temperaturas en el cuerpo humano.
Si hace poco se hablaba de Revolute Robotics, y su robot de rescate capaz de volar y atravesar cualquier terreno, o de los drones con inteligencia artificial españoles, para ayudar contra los incendios, hoy le toca el turno a ANDI, el autómata que ha pasado de maniquí de ropa deportiva a herramienta contra el cambio climático.
La principal característica de este robot es que suda como un humano. En sus inicios fue creado para probar ropa, sí, pero hoy, el invento de Thermetrics ha sido seleccionado por la Universidad Estatal de Arizona (EEUU) para estudiar como responde el cuerpo humano a condiciones extremas de calor.
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