Alegrarse del mal ajeno no es humano, ni cristiano dice obispo de arquidiócesis de Tegucigalpa

Alegrarse del mal ajeno no es humano, ni cristiano dice obispo de arquidiócesis de Tegucigalpa

Tegucigalpa, Honduras. Durante la homilía de este domingo el obispo auxiliar de la arquidiócesis de Tegucigalpa, Teodoro Gómez, dijo que Alegrarse del mal ajeno no es humano, ni cristiano.

Otra frase del evangelio, «trata a los demás como quieren que ellos los traten», esta regla de oro es la manera práctica de vivir el mensaje de Jesús, como norma de vida es clara, sencilla y eficaz, como me gusta a mí que me traten, qué es lo que me ayuda en mi vida, qué es lo que me alegra, agregó.

El evangelio de hoy nos invita «no juzguen y no los juzgarán. “Necesitamos entenderlas también, a la luz de todo el evangelio nos remiten a la tendencia que tenemos de criticar a los demás, a encontrar defectos en las personas, a mirar solo lo negativo e incluso, a condenarlos”.

«Jesús invita a no condenar, Jesús no condenó a nadie y no condena a nadie, nadie nos ha nombrado juez de nadie, Jesús nos dice que aprobemos todo sin discernimiento, sino que no juzgar ni condenar a nadie, todos tienen remedio, que no hay nadie sin solución».

Comentó que lo que Jesús propone es un camino nuevo de amor y esperanza porque el único que puede juzgar es Dios y eso lo hará al final de los tiempos”.

Gómez mencionó que «quisiéramos tener en cuenta que fue Jesús el que vivió este mensaje de amor plenamente hasta la cruz y en él, esa manera de vivir es fruto de una experiencia de amor profunda del Padre. Este mensaje solo es posible vivirlo si hemos descubierto la belleza de Cristo su manera única de amar, perdonar, de encontrarse con los demás, de curar la vida y de alegrarla.

«amen a sus enemigos»

Necesitamos escuchar aceptar de nuevo las palabras de Jesús en el evangelio de hoy, «amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian, bendigan a los que los maldicen, oren por los que los injurian. Hoy nos damos cuenta de que el amor al enemigo no es un dato marginal, sino el sentido y el centro del amor cristiano que se fundamenta en el amor con que Dios nos ama», continuó.

Al mismo tiempo, pidió «sean misericordiosos como su padre, Dios es misericordioso. ¿Cuántas veces el señor no nos habrá perdonado?, eso es justamente lo que experimentamos en el sacramento de la reconciliación, cuando arrepentidos pedimos perdón a Dios por nuestros pecados”.

Al que te pegue en una mejilla, préstale la otra; al que te quite la capa, préstale también la túnica; al que te pida, dale; al que se lleve de lo tuyo, no se lo reclames; son frases gráficas y también incisivas, podemos imaginar el impacto que está frase en aquellos que escuchaban Jesús en su tiempo, de verdad que era una novedad para un judío, porque en aquella época para los judíos el mayor desagravio era recibir una bofetada».

Gómez aclaró que el poner la otra mejilla no quiere decir que Jesús esté aconsejando resignarse con su suerte, ni mucho menos está predicando la resignación ante la injusticia y nuestra dignidad, sino invitando a no usar la violencia porque esta engendra más violencia, dolor, sufrimiento y más muerte.

«Lo que Jesús nos propone a cada uno en nuestras relaciones personas, es que seamos capaces de renunciar siempre al uso de la violencia y en ocasiones a nuestros propios derechos para mostrar la calidad del amor de los hijos e hijas de Dios», concluyó.

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