Los coletazos de la tormenta tropical Ida se dejaron sentir con furia en la costa este de Estados Unidos, con un balance de al menos 43 muertos, 23 de ellos en Nueva Jersey, y una estela de estupor y destrucción. Trombas de agua en medio de una tormenta con fuerte aparato eléctrico, así como varios tornados, hicieron estragos en los Estados de Nueva York y Nueva Jersey, provocando la interrupción del transporte público y la actividad del aeropuerto de Newark, en Nueva Jersey, así como la inundación de numerosos domicilios.
La catástrofe es la primera prueba de fuego para la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, 10 días después de tomar posesión.
En un mensaje, el presidente del país, Joe Biden, consideró la gravedad de lo sucedido como una seria advertencia de las amenazas que plantea el cambio climático. “Las tormentas extremas y el cambio climático ya están aquí”, avisó. La “nueva normalidad” meteorológica, la definió Hochul. El Gobierno federal ha ofrecido ayuda de emergencia para evaluar los daños.
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