Al menos 22 personas, entre ellas miembros de las fuerzas de seguridad, murieron este sábado en Afganistán y unas 70, en su mayoría civiles, sufrieron lesiones en las explosiones de un coche bomba y un artefacto junto a una carretera, así como en otros ataques insurgentes en varias partes del país.
El portavoz del Ministerio del Interior Tariq Arian, informó que el coche bomba estalló en una base de la policía en la provincia de Herat, limítrofe con Irán.
La explosión causó daños a por lo menos 14 viviendas en un área residencial cercana, dijo el portavoz. Las autoridades locales reportaron que unas 60 personas, entre ellas 20 mujeres y 12 niños, estaban entre los heridos. Al menos cinco de ellos estaban en condición crítica.
Nadie ha reclamado hasta el momento la autoría del ataque. Un portavoz de la insurgencia talibán dijo que este grupo no estuvo involucrado.
No obstante, el presidente afgano, Ashraf Ghani, culpó a los talibanes y los acusó de “continuar su guerra ilegítima y la violencia” contra el pueblo de Afganistán. También dijo que “demostraron otra vez que no tienen intenciones” de una solución pacífica al conflicto.
En otro hecho, una bomba que explotó durante la mañana junto a una carretera en Tarinkot, capital de la provincia sureña de Uruzgan, mató a tres civiles y lesionó a otros cuatro, según reportes de las autoridades locales.
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