Cuatro caravanas migrantes han salido de Honduras en lo que va del año 2022, entre las cuales salieron del país, al menos 14 mil menores, según dio a conocer Itsmania Platero, defensora de Derechos Humanos.
“De estos cuatro grupos de movimientos humanos, solo dos de ellos fueron visibles ya que los gobiernos de Honduras y Guatemala no quisieron aceptar que se estaba movilizando esta población”, explicó Platero.
Agregó que, las caravanas están ingresando a los países de la ruta migratoria, a través de puntos ciegos, lo que vuelve más arriesgado el viaje. “Antes y durante la Semana Santa, salieron flujos de migrantes en vehículos, lo que tuvo un impacto fuerte al cruzar por Tapachula, México para llegar a Estados Unidos”, expresó.
Según datos del Instituto Nacional de Migración (INM), en los primeros meses del año en curso, 120 mil personas cruzaron la franja territorial de Honduras, hasta llegar a Tapachula en México, de los cuales, al menos 25 mil son de nacionalidad hondureña.
“Lo lamentable y preocupante es que, entre estos 25 mil compatriotas, aproximadamente unos 14 mil, son niños, y de estos unos 3 mil 500 son menores no acompañados que cruzaron la franja de Honduras sin que el INM de fe de cuál es procedimiento para dejar pasar a estos infantes”, enfatizó la defensora de Derechos Humanos.
A criterio de Platero, lo anterior provoca que Honduras y sus funcionarios se vuelvan cómplices del tráfico de personas, porque no se acredita ante ninguna instancia el tránsito de niños migrantes no acompañados y cómo llegan al territorio mexicano.
Estados Unidos y su plan contra la migración
Ante el aumento de las caravanas de migrantes hacía los Estados Unidos, las autoridades de dicho país del norte, preparan un plan para detener la migración irregular blindando sus fronteras.
En ese sentido, el pasado martes el gobierno estadounidense presentó un plan para hacer frente al incremento de migrantes que llegan a la frontera sur de ese país, que está previsto se inicie luego de que se suspenda la orden 42 de salud pública que impide que la gente solicite asilo, impuesta por el expresidente Donald Trump, al inicio de la pandemia en el 2020.
El plan incluye el aumento de personal de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP por sus siglas en inglés) y de otras agencias federales que trabajan en la región fronteriza, la ampliación de la capacidad de detención con el uso de instalaciones temporales y el despliegue agresivo de un proceso conocido como la expulsión acelerada para deportar los migrantes que no califican para el asilo, o algún otro tipo de alivio bajo la ley estadounidense.
También apoyarán en las nuevas iniciativas del Departamento de Seguridad de diseñada para agilizar la evaluación de solicitudes de migrantes, así como el despliegue de funcionarios de asilo en la frontera como apoyo para determinar si se debe conceder a alguien la residencia migrante temporal, hasta que un tribunal se pronuncie sobre el caso, entre otras políticas migratorias más estrictas y rigurosas.
“Este nuevo sistema de alerta que está implementando los Estados Unidos, como la expulsión expedita, que sería una nueva estrategia, que no es lo mismo que el titulo 8, que habla de deportación inmediata, la expulsión significa, sacar inmediatamente de los Estados Unidos a la población migrantes y repatriarlos”, apuntó Itsmania Platero.
Además, expresó que “esto es preocupante, porque toda la población tendría que ser retornada y multiplicaría las cifras de emigrantes retornados que hasta ahora superan los 30 mil, pero al haber una oleada, estas cifras podrían superar las 100 mil personas”.
“Esto no solo el gobierno de Honduras debe preocuparle, sino a la sociedad civil que se reunió con Kamala Harris y algunas autoridades y todavía no han brindado un informe de lo que hablaron o cual será la ayuda, porque al haber expulsión masiva, debido a que estas medidas no hablan de deportación, sino de sacar a la fuerza y no permitir que estén personas en los Estados Unidos, ni en los cruces de frontera”, finalizó Platero.
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