“Toda la Iglesia está en crisis”. Esa fuerte frase la pronunció el papa Francisco semanas atrás para advertir que la Iglesia no puede seguir adelante sin asumir parte de la responsabilidad ante las denuncias de abusos sexuales a menores de edad por parte de sus representantes.
Sin embargo, esa no es la única tormenta que el Sumo Pontífice viene enfrentando. Cada vez es más profunda la guerra ideológica que enfrenta a las dos iglesias más ricas: la de Alemania y la de Estados Unidos. En el medio de esa tensión se encuentra el Vaticano que, a su vez, busca influir en el debate parlamentario italiano sobre la transfobia.
Durante el mes de mayo, la iglesia católica alemana celebró matrimonios de parejas del mismo sexo en 110 iglesias comunales, un gesto de rebelión contra la Santa Sede, mientras se desarrolla desde hace dos años el Camino Sinodal que está estudiando tanto el sacerdocio femenino como el celibato y una revisión de la moral sexual católica y sobre la vida cristiana en pareja, lo que representa un choque abierto con los dogmas recientemente reafirmados por el papa Francisco.
Esa postura más progresista también incluyó una fuerte autocrítica por los casos de abusos. El pasado 4 de junio el cardenal alemán Reinhard Marx, actualmente arzobispo de Múnich, presentó ante el Papa su renuncia al frente de la arquidiócesis por “corresponsabilidad” en la “catástrofe de los abusos”.
Iniciativa que provocó un fuerte cimbronazo en el seno del Iglesia Católica. Francisco, no obstante, no aceptó la dimisión del cardenal, uno de los prelados más influyentes de Alemania y estrecho colaborador del Papa al pertenecer a la comisión cardenalicia que le asesora/Infobae.
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