La alfarería es una tradición de la comunidad lenca, es un arte que se ha transmitido a través de docenas de generaciones de mujeres. Estas piezas de arcilla con diseños tradicionales se remontan a la época precolombina. Son por excelencia la muestra del arte Lenca y son el testimonio de la tradición alfarera de esta comunidad; que a lo largo de los años ha visto su lengua extinguirse y su cultura debilitarse.
En las aldeas y caseríos las loceras (nombre popular de las alfareras) lencas se enlodan con el barro de la madre tierra, cómo lo hacían sus antepasados para crear hermosos cántaros, tinajas, vasijas, jarros, comales, ollas sartenes entre otros. Las loceras además de ocuparse de los quehaceres domésticos de las faenas agrícolas de la montaña como el cultivo y la cría de animales domésticos, trabajan la loza en sus casas.
No es un trabajo sencillo. El proceso de elaboración de esta alfarería es largo y laborioso con varias etapas de tratamiento de la arcilla, secado y moldeado. Es un proceso que conlleva días y métodos específicos.
En Honduras existen numerosos centros alfareros lencas que destacan por su calidad creatividad y producción. Actualmente las artesanas lencas trabajan a través de diversas asociaciones locales nacionales e internacionales por conservar y preservar sus tradiciones culturales y en especial las técnicas alfareras.
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