El presidente de la Asociación Nacional de Enfermeras y Enfermeros Auxiliares de Honduras (Aneah), Josué Orellana, destacó que desde hace 60 días no muere un trabajador del rubro gracias a haber recibido su vacuna contra el COVID-19.
Orellana lamentó que enfermeros y enfermeras se han contagiado y han fallecido a causa del COVID-19 por no querer aplicarse la vacuna.
En su mayoría el personal de salud y de primera línea contra el virus ya recibió la inmunización, actualmente está inoculando a personas de la tercera edad, discapacitados y personas con enfermedades crónicas de base.
“Queríamos cosechar frutos y bajar los contagios y estos ya disminuyeron el 81 por ciento y ya hoy cumplimos 60 días que no muere una enfermera auxiliar por esta patología”, destacó.
“Si murieron dos hace dos semanas de las 117 enfermeras que no se quisieron aplicar la vacuna, en este momento tenemos tres compañeras en una condición de salud grave que tampoco se quisieron aplicar la vacuna”, lamentó.
Mencionó que el problema es que esta enfermedad no pueden recibir el tratamiento adecuado en Tegucigalpa porque no hay espacio en las salas de Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de alto flujo.
Obediencia
Orellana pidió a la población ser obediente en el cumplimiento de las medidas de bioseguridad y aplicarse la vacuna en el momento que las autoridades de salud lo indiquen.
“Son 115 las compañeras que no se han vacunado, que por favor se la apliquen, mi salud y mi vida es mi responsabilidad, después no andemos buscando terceros culpables”, indicó.
“La vacuna está disponible para ellas, pero hay que ser responsables con este tema para cortar la cadena de contagio”, exhortó.
“En la Secretaría de Salud hay más de 800 compañeros que no se quisieron inmunizar, no seamos irresponsables, éramos lo que gritábamos que queríamos la vacuna y hoy que la tenemos no la queremos aplicar, pero para juzgar somos buenos”, finalizó.
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