Los líderes del G7 respaldaron el domingo nuevos objetivos medioambientales y de reducción de emisiones para frenar el cambio climático, en la clausura de una cumbre de tres días destinada a mostrar la renovada unidad de las siete grandes economías.
Los jefes de Estado y de gobierno de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y el Reino Unido, que celebran su primera cumbre en persona en casi dos años debido a la pandemia, acordaron proteger 30% de la tierra y los océanos para el final de esta década.
Este «Pacto por la Naturaleza», destinado a detener y revertir la pérdida de biodiversidad, también les comprometerá a reducir casi a la mitad sus emisiones de carbono para 2030.
Incluye la obligación de utilizar únicamente, «lo antes posible», el llamado carbón limpio para la producción de energía, el fin de las ayudas gubernamentales a los combustibles fósiles en el extranjero y la eliminación progresiva de automóviles de gasolina y diésel.
El anfitrión británico Boris Johnson aseguró que el G7 quiere «impulsar una revolución industrial verde a nivel mundial para transformar nuestra forma de vida».
«Hay una relación directa entre la reducción de emisiones, la restauración de la naturaleza, la creación de puestos de trabajo y la garantía de un crecimiento económico a largo plazo», añadió.
El cambio climático es una prioridad para su gobierno, que organiza en noviembre la cumbre de la ONU sobre el clima, la COP26, en Glasgow.
Sin embargo, antes de que se adoptaran formalmente los compromisos, los ecologistas los criticaron por su falta de aplicación.
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