Los cadáveres en Bolivia han comenzado a acumularse a medida que una feroz segunda ola del coronavirus ha superado la capacidad de las funerarias y cementerios, dijeron funcionarios a Reuters, lo que generó preocupaciones de que el creciente atraso en entierros podría convertirse en otro punto focal de infección.
Los cuerpos, algunos en ataúdes o envueltos en improvisadas mantas de lana de alpaca andina y bolsas de plástico, han inundado las funerarias en La Paz, la región más afectada de la nación andina.
Jorge Silva, viceministro de Protección al Consumidor de Bolivia, dijo que las autoridades encontraron cadáveres en los pisos de los garajes, patios traseros y pasillos de las funerarias. Alegó que algunos han tratado de beneficiarse indebidamente del reciente aumento de muertes, llevándose más cadáveres de los que pueden manejar con las debidas medidas de seguridad.
“Esto se constituye en negocio para estas empresas que prestan servicios y, lógicamente, ponen en riesgo la salud de la población”, sostuvo el funcionario y agregó que se conforman, así, “focos de infección”.
Pero los propietarios de funerarias en El Alto, la segunda ciudad más grande de Bolivia, dijeron que muchos cementerios cerraron sus puertas para recibir muertos por Covid-19, dejándolos con pocas opciones.
“En El Alto no tenemos un lugar para traer a nuestros muertos”, dijo a Reuters Carmen Apaza, de la funeraria Taylor.
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