Tegucigalpa, 15 de noviembre. El cardenal Oscar Rodríguez, sugirió hoy en la homilía dominical, que pidamos a Dios que ahorre a nuestra Honduras otro sufrimiento como el que acaba de pasar con la depresión tropical Eta.
El Comité de Alerta de la Secretaría de Gestión de Riesgos y Contingencias Nacionales (Copeco) emitió alerta roja para todo el país por tiempo indefinido, desde el jueves pasado, pues existe un 90% de probabilidades que la tormenta tropical Iota llegue a Honduras el lunes próximo como huracán categoría 3.
En ese sentido, el cardenal Rodríguez sostuvo que “hoy como comunidad cristiana debemos potenciar nuestro amor y nuestra fe para que se vuelvan siempre solidaridad”.
“Pedimos al Señor que esta solidaridad no tenga que multiplicarse por el paso de otra tormenta tropical o de otro huracán; con mucha fe sabiendo que Dios puede hacer posible lo aparentemente imposible, pidamos al Señor que ahorre a nuestra Honduras otro sufrimiento como el que acaba de pasar, con mucha fe”, subrayó.
“Aquí en nuestra Honduras y en esta arquidiócesis la Cuarta Jornada Mundial de los Pobres empezó hace diez días, cuando se volcaron la generosidad y solidaridad de nuestro pueblo”, afirmó.
“Esta basílica mariana es testigo de tanto amor, de tanta generosidad, de tanto servicio de esta Jornada Mundial de los Pobres que se volcó para los hermanos más pobres, sobre todo de la costa norte que han sufrido tanto”, afirmó.
Lógica
Por otra parte, señaló que “el Señor Jesús se implicó preferentemente por los pobres, pero el problema es que hay hombres, mujeres y niños explotados por viles intereses y por la lógica perversa del poder del dinero que genera tanta injusticia en nuestro mundo”.
“Lo peor de todo es cuando el pobre explota al pobre y cuando algunas personas se dedican a extorsionar a los pobres; a la persona que con mucho sacrificio abre una pulpería ya le caen encima los buitres cada semana para exigirle una extorsión”, cuestionó.
“Esa persona termina por cerrar su propio negocio, eso es intolerable que ocurra en un país que se dice cristiano, es un crimen horrible que el pobre explote al pobre”, sentenció finalmente.
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