Cardenal Rodríguez felicitamos al personal de salud por combatir la pandemia  

Cardenal Rodríguez felicitamos al personal de salud por combatir la pandemia  

Tegucigalpa, 1 de noviembre. El arzobispo de Tegucigalpa, cardenal Oscar Rodríguez, en la homilía dominical felicitó hoy al personal de salud, como médicos y enfermeras, «por combatir la pandemia del COVID-19 en el país».

“Felicitamos a los que se esfuerzan por superar las dificultades, a los que reconocen sus errores y no los ven como un fracaso, sino como una oportunidad de crecer y de aprender”, dijo.

“Hoy felicitamos a los que pasan por la vida de los demás transmitiendo paz, a los que no tienen miedo en dar una sonrisa o unos buenos días, aunque no sean correspondidos, hoy felicitamos al que respeta y acoge a todos sin excluir a nadie”, expresó.

“Felicitamos a los que aceptan lo diferente y saben ver lo bueno que tiene el otro. Hoy felicitamos a los que tienen que soportar por amor, burlas, críticas, calumnias y maledicencias, a los que no pactan con la mentira ni con el engaño, sino que son sinceros y auténticos”, destacó el conductor de la grey católica.

Sensibles

Dijo que “hoy felicitamos a los que son sensibles y les afecta el sufrimiento ajeno, aunque no sea el suyo. Felicitamos a los que defienden y son voz de aquellos a los cuales los poderosos han silenciado”.

De igual manera, felicitó a “aquellos que no escatiman tiempo para apoyar y levantar el ánimo de los que se sienten solos y deprimidos. Hoy felicitamos a los médicos y enfermeros a las enfermeras y enfermeros, al personal de salud, a todos los voluntarios que están ayudando con ocasión de esta pandemia”.

Señaló que “ellos son bienaventurados, felices y dichosos, hoy es una fiesta de esperanza y de alegría; hay mucho bien en el mundo si sabemos descubrirlo, hay mucho más bien que mal, aunque el mal se publicite”.

Para Rodríguez, “la alegría del Evangelio no es una alegría barata como la que nos vende el mercado, sino la alegría de aquel que antes de subir al cielo nos dejó su alegría que nadie nos puede arrebatar”.

Afirmó que “Dios tiene nuestra felicidad, no sólo para después de la muerte, también la felicidad en esta vida, pero que se construye solamente en el amor, no en el odio, no en la intriga, no en la mentira, no en manipulaciones políticas sucias que no dejan más que tristeza y angustia”.

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