Panamá construyó un hospital modular de 100 camas en menos de 30 días para atender a pacientes complicados con COVID-19, que deja ya en el país 103 muertos y casi 3,800 contagios, destacó este jueves el presidente panameño, Laurentino Cortizo.
“Estamos a 28 días desde que se inició el Hospital Integrado Panamá Solidario”, dijo Cortizo durante un recorrido por el hospital, levantado a las afueras de la capital panameña a un costo de 6.5 millones de dólares.
Esta instalación, que aún debe ser equipada por completo, cuenta con una capacidad de 100 camas y es “moderno, bioseguro, y con tecnología que facilitará los procesos”, aseguró el mandatario panameño.
“Este hospital no solo nos dará la oportunidad de salvar más personas, sino de masificar pruebas, lo que nos está dando ventajas competitivas ante un virus mortal”, dijo por su parte la ministra de Salud, Rosario Turner, quien recibió las llaves del hospital de manos de Cortizo.
El ministro de Obras Públicas, Rafael Sabonge, añadió que el hospital “cuenta con un sistema completo de oxigeno y gases medicinales, así como un sistema de aires acondicionados de alta tecnología para evitar el contagio al personal sanitario”.
El hospital tiene tres bloques de contingencia: dos de ellos tienen una capacidad de 40 camas en habitaciones a compartir entre cuatro pacientes, una central de enfermeras con capacidad de 10 colaboradores y un equipo de hemodiálisis portátil, de acuerdo con la información oficial.
El tercer bloque del hospital alberga la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), con 20 camas de hospitalización individual y un equipo de hemodiálisis portátil adicional.
“Yo ahí dentro sentí un positivismo, una buena vibra”, declaró Cortizo.
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