TEGUCIGALPA, HONDURAS
La desesperación y la incertidumbre se apoderaron de familiares de privadas de libertad que llegaron a las instalaciones del Hospital Escuela para conocer el estado de salud de sus parientes tras el amotinamiento en la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS) que deja varias decenas de mujeres muertas.
Tanto en los predios del principal centro asistencial del país, así como en las afueras de la cárcel femenina ubicada en Támara, Francisco Morazán, el drama era palpable y los gritos de desesperación no se hicieron esperar.
Más de una decena de reclusas heridas ingresó al Hospital Escuela, por lo que ese centro asistencial tuvo que ampliar los protocolos para la atención de personas quemadas.
En tanto, en las afueras del PNFAS otro grupo de familiares llegó para conocer de primera mano el estado de salud de sus parientes, pero la falta de información sólo aumentó su angustia y desesperanza.
Varias decenas de privadas de libertad habrían muerto en los sucesos ocurridos a tempranas horas de este martes, a falta de confirmación oficial sobre la cantidad de los decesos.
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