El presidente Emmanuel Macron consiguió imponerse por el 28,50 por ciento contra la ultraderechista Marine Le Pen, que obtuvo el 23,6 por ciento, en las elecciones presidenciales, según los sondeos en boca de urna difundidos al cerrar los centros de votación.
Ambos se enfrentarán en el balotaje del 24 de abril, en un comicio que muestra una Francia en crisis, enojada y con voto útil o estratégico.
Un escaso margen entre uno y otro, que revela la crisis de representatividad política entre los elegidos y los electores.
En esta campaña ambigua y con la guerra de Ucrania de fondo, el tercer puesto fue para el líder de izquierda de Francia Insumisa, Jean Luc Mélénchon con el 20 por ciento. Una muy buena elección para quien inició la campaña un año atrás.
El ultraderechista Eric Zemmour perdió su oportunidad y solo obtuvo 7,1 por ciento. Valerie Pécresse, de Los Republicanos, obtuvo el 5,1 por ciento.
La ultraderecha tiene la oportunidad de llegar al ballotage y puede ganar la segunda vuelta el 24 de abril próximo, si estas cifras se confirman a lo largo de la noche.
Francia está atónita. Puede ganar la presidencia una aliada de Vladimir Putin, anti europea y que propone un “Franxit” (versión francesa del Brexit).
Llamados a votar por Macron
Poco después de que se conocieran los primeros resultados, los diez candidatos que quedaron afuera de la carrera para el balotaje comenzaron a hacerse oír.
Casi todos, con excepción del ultraderechista Eric Zémmour y un candidato independiente, llamaron a votar por Macron el 24 de abril.
«No hay que darle ni un solo voto a Le Pen», dijo Mélenchon, enérgico.
En esa misma línea se expresó la conservadora Valérie Pécresse. «Votaré por Macron para impedir la llegada al poder de Le Pen y el caos resultante», afirmó.
«No soy la dueña de los sufragios recibidos, pero pido a mis electores que me han honrado con su confianza que sopesen en los próximos días las consecuencias potencialmente desastrosas para nuestro país y las generaciones futuras de cualquier decisión diferente a la mía», agregó.
La socialista Anne Hidalgo, con una derrota histórica para su partido, con apenas el 1,7% según los resultados de boca de urna, admitió su propia derrota y solicitó igualmente apoyo para Macron.
El único que se pronunció de forma clara en favor de Le Pen fue Zemmour, que según las primeras estimaciones del instituto Ifop recabó el 7,2% de los sufragios de esta primera vuelta.
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