Jerusalén – La Nochevieja no es fecha marcada en Israel que ya celebró en septiembre su año nuevo judío, Rosh Hashaná; ni se esperan concurridas fiestas que otras navidades llenaban extranjeros, hoy limitados por el cierre de fronteras para contener la variante ómicron.
Los territorios palestinos, que siguen mayoritariamente el calendario islámico, tampoco acogen grandes eventos aunque el primer día del año consta como festivo oficial en Gaza y Cisjordania, pero las celebraciones navideñas de sus comunidades cristianas son más privadas que callejeras.
Si bien, salas y restaurantes aprovechaban cada vez más esta fecha para ofrecer menús especiales y eventos temáticos, sus clientes mayoritarios eran turistas que pasaban las navidades en Tierra Santa, desaparecidos hoy desde el cierre fronterizo de finales de noviembre.
Con la tasa de infección comunitaria en aumento, Israel apuesta por el pase verde para vacunados, la limitación de aforos y las cuarentenas obligatorias e intenta evitar mayores restricciones que paralicen la vida social ante la nueva ola de coronavirus.
El presidente de Israel, Isaac Herzog, recibió este jueves en su residencia a los líderes de las iglesias cristianas de Tierra Santa, todos protegidos con mascarillas, para defender la libertad de culto en la región, en uno de los escasos eventos oficiales por Año Nuevo.
Por su parte, la vecina Cisjordania entra en 2022 en estado de emergencia por la pandemia con medio centenar de casos de ómicron detectados, mientras que la bloqueada Franja de Gaza llega a fin de año con solo un caso confirmado.
La ciudad palestina de Belén, cuna del cristianismo y epicentro de la Navidad, no ha recibido turistas por segundo año consecutivo a la espera de conmemorar la Epifanía, jornada más destacada en el calendario religioso de Tierra Santa que la festiva despedida del año./EFE.
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