A más de una semana de que Sudáfrica anunciara la detección de Ómicron, la nueva mutación ya fue registrada en 38 países y llevó a que numerosos gobiernos endurecieran restricciones sanitarias y ordenaran el cierre de fronteras con la región sur de África. Límite a la cantidad de personas reunidas, suspensión de eventos públicos, extensión del uso de tapabocas, restablecimiento de los pasaportes Covid y la vacunación obligatoria son algunas de las medidas tomadas por distintos países ante la aparición de la nueva cepa que enciende las alarmas sanitarias y amenaza la recuperación económica.
Portugal, con 38 contagiados, Noruega con 19 y Países Bajos y Dinamarca, ambos con 18, encabezan la lista de los más afectados, con cifras muy bajas si se comparan con la incidencia de la variante Delta, que actualmente provoca cerca del 90% de los positivos en el planeta.
Alemania anunció esta semana que ampliará a nivel nacional el confinamiento para las personas no inmunizadas en lugares públicos, limitó el aforo a 15.000 en los estadios de fútbol y pondrá a debate del Parlamento un proyecto para imponer la vacunación anti-Covid obligatoria.
En Irlanda, a partir del 7 de diciembre y hasta el 9 de enero cerrará las discotecas, impondrá restricciones de aforo y de horario en bares, restaurantes, gimnasios y cines, en los que además será necesario presentar un certificado Covid para poder acceder y usar mascarillas.
República Checa informó que prepara un decreto para hacer obligatoria la inoculación contra el coronavirus a determinados grupos de la población, como médicos o policías, mientras que Bélgica adelantó una semana las vacaciones de Navidad.
En América Latina también se están tomando medidas preventivas por Ómicron, como el caso de Río de Janeiro, que canceló su fiesta oficial de finde año, a la que cada año acuden millones de turistas de todo el mundo.
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