El titular de Sanidad alemán en funciones, Jens Spahn, alertó este lunes a los no vacunados del peligro real de morir de covid-19, al tiempo que la canciller saliente, Angela Merkel, urgió a tomar medidas drásticas ante la evolución «dramática» de la pandemia en el país. «Probablemente, al final de este invierno, prácticamente todos en Alemania, como se ha dicho ya de manera cínica, estarán vacunados, sanados o muertos», dijo el ministro en una rueda de prensa para abordar la campaña de refuerzo con las vacunas basadas en la tecnología mRNA.
El jefe del grupo de investigación de inmunología infecciosa y vacunas de la clínica universitaria berlinesa de la Charité, Leif Erik Sander, subrayó que «la inmunidad a través de la infección no es realmente una alternativa a discutir» y conduciría sólo a una saturación del sistema sanitario y a más olas.
Aún así, Spahn reiteró su escepticismo ante la posibilidad de una obligatoriedad de la vacuna, debate que se ha abierto en Alemania ante la insuficiente tasa de vacunación, una de las más bajas de Europa, con apenas el 70,5% de la población vacunada, el 68,0 %, con la pauta completa. De lo que se trata ahora, insistió, es de romper la cuarta ola y «ninguna vacuna obligatoria rompe esta ola», dijo.
«Lo que está en vigor ahora, no es suficiente»
Lo única opción ahora es reducir contactos, una acción decidida por parte del gobierno y administrar dosis de refuerzo de la vacuna, aunque éste último punto no vaya a hacer de inmediato la diferencia, agregó. Spahn habló, no obstante, de una «obligación moral» y «solidaria» en lo que respecta a vacunarse, y reiteró que en este caso no se trata de una decisión personal.
«Estamos ante una situación altamente dramática. Lo que está en vigor ahora, no es suficiente», advirtió por su parte la canciller en la reunión de la presidencia de la Union Cristianodemócrata (CDU), según informaciones de los medios, que se remiten a fuentes internas de la sesión.
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