En un mundo cada vez más inestable desde el punto de vista medioambiental, surge la pregunta sobre ¿Qué tan importante es el uso de automóviles para los habitantes urbanos de tod0 el mundo? Con la situación como esta, parece necesario que las autoridades cívicas que supervisan la vida cotidiana en todas partes, comiencen a pensar, muy seriamente, en lo que significa la conducción y el daño que hace al medio ambiente.
La propuesta para hacer que las ciudades sean más limpias y más habitables a largo plazo al limitar la cantidad de vehículos que tienen acceso sin restricciones a ciertas áreas, no es nueva. La ciudad española de Pontevedra, ubicada en el suroeste de Galicia, comenzó a peatonalizar tanto su casco antiguo como el centro de la ciudad en 1999. En 2011, se convirtió en la primera ciudad del mundo en diseñar y publicar un mapa esquemático conocido como Metrominuto, que parece un mapa de tránsito estándar, pero en realidad muestra tanto a turistas como a residentes cuánto tiempo se tarda en caminar entre los puntos de interés; lo que los anima a viajar a pie en lugar de hacerlo en automóvil.
Pero quizás el mejor ejemplo de cómo un cambio directo y positivo puede pasar de la teoría a la experiencia vivida es Ljubljana, la capital de Eslovenia.
Conoce Liubliana, una capital europea verdaderamente “verde” y libre de automóviles.
Hoy en día sus calles están llenas de peatones, en vez de tráfico. Es común ver a gente en bicicleta para ir de un lado a otro de la ciudad. Y es que, quienes viven en la ciudad deben de aparcar sus coches en un estacionamiento subterráneo situado fuera de la zona peatonal de la ciudad.
En 2006, Liubliana, sufrió un aumento considerable del flujo de vehículos en sus calles. El 60% de todos los desplazamientos (según una encuesta que se realizó en 2003) se realizaban en automóvil. En 2007 el Ayuntamiento presentó «Visión 2025 para Liubliana»,un conjunto de propuestas increíblemente completo para una ciudad más verde, más limpia y más sostenible.
Un modelo sostenible, que garantice la calidad de vida, la seguridad, la tolerancia, sea ecológica y esté conectada con su paisaje. Poniendo las necesidades de las personas en primer lugar sobre todas las planificaciones urbanísticas.
Un aspecto fundamental de la propuesta de Ljubljana de crear una metrópolis responsable con el medio ambiente era convertir el centro de la ciudad en una zona sin coches. La peatonalización se vio reforzada por mejoras tanto en las redes de bicicletas como en el transporte público. Como consecuencia, la contaminación acústica y las emisiones de gases disminuyeron en la zona en cuestión. En 2016, la Comisión Europea coronó a Liubliana como la capital verde del continente.
El plan no fue tan bien recibido por los eslovenos en un inicio mayormente por los residentes que vivían en el centro de la ciudad que pensaron que las transformaciones harían imposible el acceso a sus hogares. Creando protestas y sosteniendo grandes debates sobre el tema. A pesar de esto, el entonces alcalde, Zoran Jankovic, no retrocedió ante la oposición. Lo que hizo fue adoptar un enfoque gradual para cerrar calles y plazas hasta alcanzar las 10 hectáreas que ocupan hoy en el centro de la ciudad. Poco a poco, los habitantes de la ciudad empezaron a adaptarse a los cambios y adoptaron nuevas rutinas. Cambiaron sus autos por bicicletas o tomaron el transporte público.
Más propuestas inteligentes
Además de las políticas de sostenibilidad clásicas y compromisos como promover el uso de bicicletas y formas de transporte preexistentes, la ciudad introdujo “Kavalir”, una pequeña flota de vehículos eléctricos que son de uso gratuito. Así es, tanto los residentes como los visitantes pueden usar los vehículos eléctricos de forma gratuita durante todo el año. Aunque está abierto a todo el público, están especialmente concebidos para el transporte de personas con movilidad reducida. Como ser los ciudadanos de tercera edad, personas discapacitadas, y madres con hijos pequeños.
“Aunque todavía puedo recordar el tráfico denso en el centro de la ciudad y las zonas industriales abandonadas, hoy en día son un recuerdo muy lejano y parece que Liubliana siempre ha sido así de hermosa y ordenada. El centro de la ciudad, ahora abierto solo para peatones y ciclistas, es como una gran sala de estar y un entorno cultural y social, mientras que las antiguas áreas abandonadas se han transformado en numerosos parques, espacios verdes y áreas de juego, donde los ciudadanos se relajan y socializan”, expresa el alcalde de la localidad desde 2012, Zoran Jankovic. Quien se ha convertido en la primera persona en ser reelegida en la capital eslovena desde la II Guerra Mundial.
COMENTARIOS