El Gobierno de Ecuador declaró el estado de excepción en el sistema penitenciario y abrió la posibilidad para que militares y policías ingresen en esos centros, con el objetivo de desmantelar bandas violentas que libran una guerra por el control de las prisiones y provocó la masacre que dejó 116 muertos en una cárcel de Guayaquil.
”Declárese el estado de excepción por grave conmoción interna en todos los centros de privación de libertad que integran el sistema de rehabilitación social a nivel nacional, sin excepción alguna, por el plazo de 60 días desde la suscripción de este decreto ejecutivo”, señala el documento suscrito por el jefe del Estado, Guillermo Lasso.
La reyerta del martes en la Cárcel Número 1 de Guayaquil, conocida también como Penitenciaría del Litoral, dejó al menos 116 reos asesinados y otros 80 heridos, según lo confirmó esta noche el propio presidente Lasso, quien evitó aceptar que ya se había recuperado el control de la prisión.
”Es lamentable que las cárceles se las pretenda convertir en un territorio de disputa de poder entre bandas delincuenciales”, remarcó Lasso y dijo que con “con absoluta firmeza”, el Estado no cejará en su afán de “recuperar el control de la Penitenciaría del Litoral y evitar que estos hechos se repitan en algún otro centro penitenciario del Ecuador”.
Por ello, aseguró que se adelantará un plan para tratar de solucionar el fenómeno de la violencia en las cárceles del país, que incluirá importantes inversiones en infraestructuras y sistemas tecnológicos de vigilancia y control, que ayuden a las autoridades a evitar los motines y reyertas, que se han sucedido desde hace varios años.
El Servicio Nacional de Atención Integral (SNAI) a Personas Privadas de Libertad y Adolescentes Infractores, que tiene a su cargo el sistema penitenciario del país, recibirá los recursos necesarios para emprender con este plan, de forma prioritaria en la cárcel de Guayaquil, según señaló el jefe del Estado/con información de EFE.
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