En medio de una constante lucha por los derechos de la comunidad LGBTQ+, una ola de asesinatos acechan Brasil. Según la Asociación Nacional de Travestis y Transexuales de Brasil (Antra), 175 personas trans fueron asesinadas en el país el año pasado. Todas eran mujeres trans y la mayoría, negras y pobres. Este año, la violencia ha continuado, muchas veces frente a las autoridades, que no hacen nada al respecto.
Frente a esto, Alexya Salvador alza su voz para apoyar a quienes han sido víctimas de acoso por homofobia o quienes han pensado en quitarse la vida, intentando que las personas trans de su país se sientan aceptadas. Como mujer transexual, reconoce la angustia en sus voces “Siento su dolor en mi cuerpo porque pasé por esto”, dice. «Mi familia pasó por esto». Por lo que se convierte en la primera pastora de Brasil y de toda Latinoamérica, tras una vida católica.
Como la primera pastora transgénero en América Latina, espera poder usar su fe para ayudar. Ella comprende que la lucha por reconciliar religión e identidad, especialmente en Brasil, donde reina el cristianismo y la iglesia a menudo está lejos de ser un espacio seguro para quienes son LGBTQ +. La Iglesia católica ha defendido durante mucho tiempo la creencia que la homosexualidad es un pecado, creencia que se ha extendido a un Brasil mayoritariamente cristiano.
Alexya dijo que esta fricción continúa sobre la inclusión de la comunidad LGBTQ+ le hizo perder temporalmente su fe en la iglesia. “Me dije: ‘Ya no soy católica, ya no quiero servir a la fe cristiana porque es una fe que me oprime’”, dijo en una entrevista con The Guardian. “Corté los lazos con la institución, con la iglesia, pero nunca con mi fe en Dios, en Jesús”.
En el momento de su crisis de fe, Salvador se identificaba como gay y buscaba una iglesia que ordenara un matrimonio del mismo sexo con su pareja, Roberto. A través de Google, descubrió la Metropolitan Community Church (MCC), una iglesia progresista con sede en Estados Unidos que se enorgullece de acoger a feligreses LGBTQ+. Localizó una sucursal en São Paulo, donde ella y Roberto se casaron junto a otras 11 parejas LGBTQ+ en 2010.
Así, Alexya se convirtió en una integrante devota de la iglesia de São Paulo, participando activamente en su congregación. Con el apoyo de Roberto, decidió hacer la transición, y después de cinco años la iglesia le pidió a que se convirtiera en diaconisa. Aceptó, y en 2017, fue una de los múltiples pastores LGBTQ+ que celebraron una misa en Matanzas, Cuba, que abrazó abiertamente a las personas queer y trans. Fue la primera vez que una persona trans celebró una comunión en la historia de Cuba. Dos años después, Salvador se ordenó oficialmente. “El cristianismo que Jesús propuso era para todas las personas”, dijo Alexya Salvador en la entrevista “Y formar parte de la iglesia hoy, como mujer trans, es un reclamo del espacio que sabemos que también es nuestro”.
El pánico que vivía en mi cabeza hasta que descubrí el MCC era que iría al infierno, que era un error de Dios”. “Mientras estudiaba teología, aprendí que tengo defectos como todos los humanos, pero ser una mujer trans no es uno de ellos.
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